El arzobispo de Valladolid invita a sentir S. Santa y anima a transmitirla

Valladolid, 12 abr.- El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha invitado hoy a "sentir que participamos en una tradición", la Semana Santa vallisoletana, que viene de siglos, y que hay que cuidar y transmitir a las nuevas generaciones, en una "manifestación extraordinaria de religiosidad popular".

En el mensaje de Semana Santa del también presidente de la Conferencia Episcopal española, Blázquez se ha dirigido a los fieles vallisoletanos y a los que los que visitan la provincia en estos días, y ha confiado en que estos días sean vividos "con intensidad religiosa".

"En nuestra Diócesis tenemos la fortuna de poder celebrar la Semana Santa, no solo en el templo como todos los cristianos de otros lugares, sino también en la calle", ha recordado el arzobispo, quien ha observado como "las procesiones transforman nuestra ciudad y pueblos en una manifestación extraordinaria de religiosidad popular".

Como todos los vallisoletanos, el arzobispo tampoco ha ocultado su preocupación por la meteorología y ha confiado en que "el tiempo nos permita celebrar las procesiones con su ritmo propio".

"De este modo, cada manifestación podrá ser vivida con profunda espiritualidad por los cofrades y por los que, desde las aceras y las plazas, contemplan la marcha procesional".

Ha deseado, en esa línea, en que todos "sintonicemos con lo que significa esta manifestación religiosa que discurre por las calles: desde el punto de vista artístico, incluye unos pasos bellísimos, que son cumbre del arte sagrado, y cada procesión posee una elocuencia religiosa en muchas ocasiones admirable".

"Al contemplarlas, debemos sentir que participamos de una tradición que viene de siglos a través de los que nos han precedido en la fe y en la piedad, y tenemos la responsabilidad de cuidarla y transmitirla a las nuevas generaciones", ha reflexionado.

Por ello, ha invitado a vivir "con intensidad la Semana Santa como un acontecimiento espiritual de primera magnitud, aunando íntimamente el cultivo de la fe y de la piedad con la belleza de los "pasos" y el ritmo de la música".