El aventurero Vivar" revive la batalla naval que comenzó por una oreja

  • A lo largo de la historia, ha habido guerras iniciadas por excusas un tanto estrafalarias pero la Guerra de la Oreja de Jenkins que enfrentó en Cartagena de Indias a ingleses y españoles es una de las más "tontas", según el escritor David López, que sitúa su nueva novela en este hecho histórico.

Madrid, 28 abr.- A lo largo de la historia, ha habido guerras iniciadas por excusas un tanto estrafalarias pero la Guerra de la Oreja de Jenkins que enfrentó en Cartagena de Indias a ingleses y españoles es una de las más "tontas", según el escritor David López, que sitúa su nueva novela en este hecho histórico.

"El aventurero Vivar", editado por Roca Editorial, es la cuarta novela de este escritor asturiano y la segunda, tras "La travesía" que tiene el mar como escenario principal.

En ella, López despliega sus conocimientos sobre la historia y las tácticas militares del siglo XVIII, una época que le apasiona y que considera que "está dejada de la mano de Dios" en cuanto a literatura se refiere, asegura en una entrevista con Efe.

"El aventurero Vivar" lleva al lector a marzo de 1741, cuando Cartagena de Indias fue sitiada por los ingleses, comandados por el almirante Edward Vernon, que llegó hasta la bahía con 186 barcos y unos 30.000 hombres (frente a los 6 navíos y 3.000 hombres españoles).

La excusa para iniciar esa guerra había sido una oreja, la del capitán inglés Robert Jenkins, "un pirata corsario", según explica el autor, que fue apresado por el capitán de un guardacostas español y al que como castigo le cortó la oreja con la siguiente advertencia: "ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve".

Con la oreja en un tarro de cristal con vinagre, Jenkins navegó hasta Inglaterra y pronunció ante el Parlamento británico la frase del capitán español, lo que dio a los ingleses la excusa perfecta para atacar los territorios españoles en las Indias.

Personajes históricos y hechos verídicos se mezclan con una trama de ficción en la que el autor resume las virtudes de un héroe pero también muestra lo peor del ser humano para construir un relato de heroísmo, amistad, traición, honor y venganza, y también de amor.

Además de la importante labor de documentación que ha inspirado esta obra, López reconoce la influencia de su escritor de referencia, Patrick O'Brien, autor británico de más de una veintena de novelas de aventuras ambientadas en las batallas navales.

"Empecé a leerle con 20 años y tengo el ritual de releer todos los años al menos dos de sus libros", explica.

Para este asturiano, el mayor elogio que le puede hacerle a O'Brien es que le guste leer literatura "de ingleses y para ingleses", ya que recuerda la rabia que le provocaban las novelas sobre batallas navales en las que siempre ponían "de tontos" a los españoles.

En la batalla que recrea, y tras semanas de ataques por parte de la flota de la Armada inglesa, muy superior a la española que defendía la plaza de Cartagena de Indias, el almirante Vernon tuvo que retirarse dejando atrás los cadáveres de más de 10.000 hombres ante la estrategia del teniente general de la Armada española Blas de Lezo, a la que ayudaron también los estragos de la malaria.

Pero en esta victoria tuvieron también un papel importante los espías, una figura que encarna el protagonista Vivar y que muestra cómo la guerra saca lo peor y lo mejor de cada hombre.

"Aunque han existido espías desde hace muchos siglos, el sistema de contraguerra con propaganda que se describe en la novela puede ser el inicio de la guerra sucia que gana las batallas independientemente del número de hombres con los que cuente cada bando", considera López.

El pasado del protagonista "le hace odiar a los ingleses", explica el autor, que señala cómo Vivar llega a convertirse "en un monstruo".

La lección que se puede sacar de episodios como el de esta guerra es "que todos somos malos, todos hemos sido canallas alguna vez", dice el autor, que sostiene que el ser humano, cuando "está al borde del precipicio", se puede comportar como una "bestia".

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