El cadáver hallado en La Pedriza no corresponde con desaparecidos en Madrid

  • Las características del cadáver encontrado por unos montañeros el pasado viernes en la sierra madrileña de La Pedriza no corresponde en principio con ninguno de los desaparecidos en Madrid en los últimos años, aunque habrá que esperar a su identificación para confirmarlo.

Madrid, 5 nov.- Las características del cadáver encontrado por unos montañeros el pasado viernes en la sierra madrileña de La Pedriza no corresponde en principio con ninguno de los desaparecidos en Madrid en los últimos años, aunque habrá que esperar a su identificación para confirmarlo.

Según han informado a Efe fuentes de la investigación, el tipo de huesos encontrados y el lugar en el que han aparecido no se corresponden con los incluidos en ninguna denuncia interpuesta en Madrid, por lo que se están contrastando con desaparecidos en toda España.

La autopsia practicada ayer al cuerpo en el tanatorio de Colmenar Viejo ha revelado que el cadáver tenía las costillas rotas, lo que podría indicar que la víctima sufrió una caída, aunque este extremo tendrá que confirmarse.

Aparentemente, en un primer estudio, no hay signos de violencia en los huesos encontrados, pero esto tendrán que determinarlo las pruebas a las que aún tiene que ser sometidos los restos óseos, según las mismas fuentes.

La autopsia también ha revelado que el cráneo es de tamaño pequeño, como el de una mujer, pero el fémur es largo, más típico de un hombre, por lo que el sexo del cadáver no está claro.

Tampoco se sabe cuándo murió, aunque se estima que varios meses e incluso un año.

Durante ese tiempo las alimañas y los buitres han devorado el cuerpo, motivo por el que solo se halló la parte superior, pero no las piernas ni parte de la cadera.

El cadáver fue encontrado en un lugar al que los especialistas en montaña de la Guardia Civil tardaron dos horas y media en llegar andando, por lo que en principio se descarta que alguien pudiera transportar un cuerpo hasta allí.

Esta hipótesis incluye el caso de María Piedad García Revuelta, la vecina de Boadilla del Monte que desapareció en diciembre de 2010 tras acudir a una cena con su exnovio, quien tres días después apareció ahorcado.

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