El cardenal blázquez alerta de que la idolatría al materialismo desemboca en la corrupción


El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Ricardo Blázquez, relacionó este lunes los casos de corrupción que están viviendo las instituciones españolas con la idolatría al materialismo. Blázquez hizo esta llamada de atención durante el discurso de apertura de la CV Asamblea Plenaria que los obispos españoles celebran esta semana en Madrid.
"Esta crisis social y económica arrastra en el fondo una crisis antropológica, ética y religiosa en la que ha incidido en no pequeña medida el secularismo y el materialismo economicista. Piénsese si no en los casos de corrupción, que tanto dañan la confianza de la población", dijo, alertando también de una visión "idolátrica" de la realidad social.
Esa idolatría se muestra, agregó, e "incluso la actividad política se convierte en una tecnocracia o pura gestión y no en una empresa de ideas y valores", por lo que apeló al planteamiento del Papa Francisco de poner un "rostro humano" a la economía para no seguir ofreciendo "sacrificios" al dinero.
Blázquez indicó que esa preocupación está incluida en el documento 'Iglesia, servidora de los pueblos', que los prelados españoles estudiarán estos días y del que el arzobispo de Valladolid espera su aprobación.
Se trata, según dijo, de "ofrecer desde la Doctrina Social de la Iglesia una iluminación realista y a la vez esperanzada sobre la situación social y política que vive nuestro pueblo". Los obispos ven "con preocupación" esta situación, "en especial las persistentes consecuencias de la crisis económica que, con innegables signos de recuperación, todavía afecta muy profundamente a las capas sociales más desfavorecidas, sobre todo al inmenso número de desempleados, y de entre ellos a los jóvenes".
CONTRINCANTE POLÍTICO
"Todo esto ha contribuido, sin duda, a un complejo panorama político y social" en el que, advirtió, la Iglesia "no es un contrincante político". "Su papel no es de orden partidista, sino de orden pastoral", agregó.
El presidente de la CEE también se refirió al papel de los católicos en "una sana sociedad civil", defendiendo su papel en los asuntos públicos, en el diseño de la vida social y cultural. Por ello llamó, por ejemplo, a vivir con "coherencia responsable" la fe "en el ejercicio del voto o de la representación y actividad política".
El cardenal recordó asimismo, los valores innegociables para el Episcopado, como son "el derecho a la vida desde la concepción hasta su fin natural, el verdadero matrimonio y la armonía y estabilidad familiar, el derecho de los padres a la educación de sus hijos conforme a sus convicciones", en consonancia con el Evangelio.

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