El cardenal polaco Stanislaw Rylko considera las JMJ una "revolución"

  • El presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, Stanislaw Rylko, considera las Jornadas Mundiales para la Juventud una "revolución" que ha logrado convertirse "en parte integral de la vida religiosa de los jóvenes de todo el mundo".

Roma, 10 abr.- El presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, Stanislaw Rylko, considera las Jornadas Mundiales para la Juventud una "revolución" que ha logrado convertirse "en parte integral de la vida religiosa de los jóvenes de todo el mundo".

"Las JMJ son una revolución, una parte integral de la vida religiosa de los jóvenes en todo el mundo y su importante aportación a la Iglesia debe ser comprendida por todos", declaró el cardenal polaco, según Radio Vaticano.

Rylko y el arzobispo Orani João Tempesta -en representación de Río de Janeiro, donde se celebraron las JMJ en 2013- se reúnen en Roma hasta el 13 de abril, con el comité responsable de estas jornadas para preparar las JMJ de Cracovia (Polonia) de 2016.

El cardenal destacó la importancia de que exista una nueva generación de "trabajadores pastorales que sean conocedores del testimonio de Cristo en el Evangelio" y que transmitan su palabra a los jóvenes de todo el mundo.

Además, subrayó que esta fiesta religiosa es "un signo de esperanza, un don inmenso", capaz de llenar "de una fuerza extraordinaria el corazón de los jóvenes".

Durante la reunión se establecieron los dos aspectos fundamentales de las jornadas de Cracovia que serán el tema de la misericordia, inspirado en un verso de "Las Bienaventuranzas" y escogido por el papa a Francisco como lema del evento, y la figura de Juan Pablo II, que será canonizado el próximo 27 de abril.

"Los jóvenes de todo el mundo que viajen a Cracovia darán las gracias por la canonización de este gran Pontífice, estrella indiscutible de los acontecimientos de la época, peregrino incansable del Evangelio, gran profeta de nuestro tiempo", afirmó el cardenal.

Las Jornadas Mundiales de la Juventud nacieron bajo el pontificado del papa Juan Pablo II, con el objetivo de transmitir el mensaje de Dios a los jóvenes católicos del mundo, y se celebraron por primera vez en 1986 en Roma, bajo el lema "Siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza".

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