El conflicto armado frena el desminado de Mozambique

  • Amplias áreas de Mozambique son todavía campos sembrados de minas por los conflictos que han asolado el país, pero el resurgimiento de los combates entre el Ejército y exguerrilleros de Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña) ha impedido cumplir el objetivo de desminado en 2013.

José Luis Toledano

Maputo, 12 ene.- Amplias áreas de Mozambique son todavía campos sembrados de minas por los conflictos que han asolado el país, pero el resurgimiento de los combates entre el Ejército y exguerrilleros de Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña) ha impedido cumplir el objetivo de desminado en 2013.

A pesar de los notables logros para eliminar las minas antipersona -que han causado miles de víctimas- en numerosas zonas donde antes era peligroso poner un pie, la inestabilidad militar en el centro del país ha obligado a los equipos que trabajan sobre el terreno a retirarse hasta nueva orden.

De acuerdo con los mapas del Instituto Nacional de Desminado (IND) de Mozambique, aún faltaría por desbrozar más de 6 millones de metros cuadrados de terreno hasta finales de 2014 para alcanzar la meta de "un país libre de minas": un millón en la frontera con Zimbabue y el resto en la conflictiva provincia de Sofala.

Según confirma a Efe Alberto Maverengue Augusto, director del IND, "sólo el distrito de Chibabawa (escenario de enfrentamientos) tiene más de 2 millones de metros cuadrados para desminar".

"Una parte de esos 2 millones deberían haberse limpiado este año, pero interrumpimos las actividades en aquella zona el pasado mes de junio a causa de la inseguridad existente", explica Maverengue.

La ONG francesa Handicap International es uno de los cuatro operadores humanitarios encargados del desminado en Mozambique con 115 zapadores en el terreno, pero se vio obligada en junio pasado a retirar a parte de su personal por el conflicto.

"Desgraciadamente, estaba proyectado un desminado mucho mayor para 2013", dice a Efe Adérito Ismael, coordinador de la ONG.

Recientemente, dos de sus empleados en periodo de vacaciones fueron heridos al ser atacado el convoy militar que escolta a los vehículos que se adentran en la conflictiva provincia.

Mozambique, que firmó y ratificó el Tratado de Ottawa sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales, solicitó en 2008 una prórroga hasta finales de 2014 para completar la erradicación de los millones artefactos explosivos sembrados en las diferentes guerras que azotaron al país.

"Si no terminamos (la labor de desminado) para 2014, significará que estamos en una situación de incumplimiento de la Convención de Ottawa", asegura el máximo responsable del IND.

"Estaremos listos para volver al terreno -agrega- cuando se solucione el conflicto. Ese es nuestro desafío. Tenemos que quitar todas las minas".

Los más de tres millones de minas enterradas en el país son el legado de la guerra colonial, que concluyó con la independencia de Portugal en 1975, y de los 16 años de conflicto civil posteriores entre Frelimo (Frente de Liberación de Mozambique), de orientación marxista y en el poder desde entonces, y Renamo, movimiento creado por la antigua Rodesia (hoy Zimbabue) y Sudáfrica para luchar contra la extensión del comunismo en la región.

La mayor parte de las minas fueron colocadas por los diferentes ejércitos para proteger posiciones militares, carreteras, puentes, presas hidroeléctricas, líneas de alta tensión y poblaciones.

El enfrentamiento fratricida causó más de un millón de muertos y arruinó la mayor parte de las infraestructuras mozambiqueñas.

El Acuerdo de Paz firmado en Roma en 1992, supuso una relativa estabilidad durante 21 años, pero dejó pendiente aspectos sin resolver, responsables hoy del nuevo estallido bélico.

Paradójicamente, Mozambique figuraba en 2012 entre los 50 países más pacíficos del mundo, según el Índice de Paz Global divulgado por el británico Instituto para la Economía y la Paz.

Desde el pasado abril, los ataques supuestamente por hombres armados de Renamo han causado decenas de muertos, así como el desplazamiento de una buena parte de la población de la región.

Renamo, que tiene 52 diputados en el Parlamento, dio por terminado el Acuerdo de Paz tras el ataque del Ejército el pasado octubre a la base de Santungira, donde se acuartelaba su presidente, Afonso Dhlakama, desde hacía un año por motivos de seguridad.

Ante la sospecha de uso de minas por alguno de los contendientes en este nuevo conflicto, Maverengue se muestra escéptico.

"El Gobierno -sostiene- es signatario y ratificó la Convención de Ottawa. Y no creo que Renamo tenga minas antipersona en este momento, ni que haya un país en la región que pueda vendérselas".

Según cálculos del IND, el desminado completo de Mozambique costará unos 200 millones de dólares.

No hay un recuento oficial del número de víctimas de las minas antipersonas: "Estimamos que serán entre 15.000 y 20.000 los afectados durante todos estos años", señala el director del IND.

Mozambique ha sido uno de los cinco países más minados del mundo junto a Somalia, Camboya, Angola y Bosnia-Herzegovina, pero, según Maverengue, será "el primero que consiga el desminado completo".

Este logro permitirá el regreso y la seguridad de las comunidades y su libertad de movimiento, el desarrollo de proyectos sanitarios y de educación, así como la inversión en áreas de minería, agricultura, turismo e infraestructuras.

Mozambique ha experimentado un sorprendente crecimiento económico por encima del seis por ciento anual gracias al descubrimiento de inmensos yacimientos de carbón, gas natural y petróleo.

Sin embargo, la excolonia portuguesa ocupa el tercer puesto en la lista de países más pobres del mundo.

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