El drama de la frontera sur: los problemas de los sirios que quieren pasar por España

Con los ojos puestos en las embarcaciones que cada día corren peligro de hundirse en el Mediterráneo, la Unión Europea deja a veces olvidado el otro corredor por el que los refugiados sirios llegan a Europa. Entre 700 y 1.500 sirios se encuentran en Nador (Marruecos), a la espera de poder pasar la frontera por Melilla y poder reclamar asilo huyendo de la guerra.

Un camino alternativo a los ríos de personas que atraviesan Europa camino de Alemania, provocando grandes mareas y problemas humanitarios. Algunos sirios optan por esta ruta alternativa, ya que hasta hace poco, no tenían que pagar visado a su paso por Argelia. Sin embargo, el aluvión de migrantes ha provocado que este país también cobre visado, por lo que la ruta podría desviarse hasta Mauritania, tal y como se explica en un informe del Servicio Jesuita de Migrantes.

Al igual que en el camino principal, en la ruta sur, camino de Ceuta y Melilla, las mafias también hacen su aparición. De esta manera, se estima que estos migrantes pagan entre 1.000 y 3.000 euros por adulto (y 400 euros por niño) para abandonar Nador, ya que la policía marroquí quiere evitar que abandonen la zona. De esta manera, los alojamientos de la ciudad marroquí se encuentran colapsados por la gran presencia de sirios a la espera de poder cruzar la frontera.

Llegados a este punto, el drama se acrecienta con la separación de las familias. Para facilitar el paso, las mafias dispersan las unidades familiares, dejando que muchos niños se queden en la frontera con España, mientras que sus padres ya están al otro lado. Con niños solos, la acción de otras mafias en la zona es un hecho, echando más sal en la herida.

Si hay éxito, durante la estancia en el CETI, los sirios reflexionan sobre si desean seguir adelante en la ruta. Muchos de ellos evitan España por las condiciones saturadas de su acogida. "Dicen que los españoles no les queremos", explica una fuente del SJM. Los lugares habilitados se ven saturados, ya que los migrantes no pueden ser trasladados a la península ibérica hasta que lo decidan las autoridades, y la media de estancia para aquellos que demandan asilo es de unos dos meses.

Otros de los que no quieren reclamar asilo en España lo hacen en virtud del Protocolo de Dublín. Según este acuerdo, un refugiado debe permanecer en el lugar de Europa al que llega. La situación, sin embargo, evoluciona favorablemente en pos de una mayor regularidad. Alemania suspendió este protocolo en agosto, por lo que los migrantes optan por pedir asilo de manera legal a su llegada a Melilla, para después continuar con su viaje camino del norte. En este sentido, este cambio de actitud de Berlín ha supuesto a su vez un golpe para las mafias, que han perdido 'clientes' entre los sirios que querían pasar de manera irregular.Nuevos tipos de migrantes

Situaciones que no evitan momentos de tensión, como el cierre en la frontera durante esta semana, debido a una avalancha de migrantes de origen sirio. Además, la situación de estos demandantes de asilo se une al drama de los inmigrantes subsaharianos, situados también en las inmediaciones de la valla para poder acceder a suelo español.

Ya en 2014 se estima que 2.400 sirios pasaron la frontera por Melilla, un número seguramente inferior al que se dará en 2015, con el conflicto del que huyen recrudeciéndose. Por otro lado, la situación también supone nuevos retos para las autoridades migratorias, ya que se enfrentan a condiciones diferentes de los migrantes en esta zona. Mientras que los subsaharianos solían (y suelen llegar solos), los refugiados sirios vienen en familia.

Una cuestión peliaguda y que no se verá solucionada en un plazo inmediato. Sin embargo, aparece como un invitado silencioso, tanto en las noticias sobre refugiados, como en las mesas de negociación para intentar paliar este drama.