El éxito de los belenes vivientes

  • Enrique Delgado Sanz.

Enrique Delgado Sanz.

Madrid, 20 dic.- El 25 de diciembre comienza oficialmente la Navidad, época de turrones, regalos, comidas familiares, arbolitos decorados y nacimientos que, en ocasiones, cobran vida hasta el punto de alterar la rutina de municipios enteros que se convierten en belenes vivientes por unos días.

Quizá uno de los más conocidos, por vistoso y por su trayectoria, sea el de Buitrago del Lozoya (Madrid), que este año celebrará su XXVI edición con varias representaciones gratuitas, que comenzarán hoy y se sucederán mañana, domingo, y los próximos días 27 y 28.

En total son 1.300 metros de un recorrido que se divide en 39 escenas a lo largo y ancho del casco antiguo del municipio, el cual retrocederá miles de años en el tiempo para representar los usos y costumbres de la época en la que nació Jesús.

"Lo que más choca de nuestro belén es que estamos totalmente quietos; incluso los más pequeños que vienen a vernos preguntan a sus padres si somos de verdad o de mentira", sostiene Andrés Muñoz, presidente del nacimiento de Buitrago del Lozoya.

Después de 26 años, su representación es una de las más veteranas en Madrid y "pasa de generación en generación", como explica el presidente, quien confiesa que no hay nada más gratificante que "escuchar los comentarios de la gente tras pasar por aquí".

Junto al trabajo y la dedicación de las más de 200 personas que se vuelcan con este trabajo, uno de los mejores valores del belén de Buitrago es "el entorno", como señala Muñoz, quien reconoce que "tener la iglesia, el castillo y la muralla en menos de un kilómetro a la redonda ennoblece mucho las escenas".

En Colmenar Viejo (Madrid) tampoco se quedan atrás y es que también hoy, por la tarde, tendrá lugar su particular representación que no falla año tras año.

Más de 200 figurantes de todas las edades se darán cita en los alrededores de la Basílica de la Asunción para ofrecer a los visitantes la historia bíblica que da lugar a la Navidad a través de catorce cuadros diferentes, según confirma a Efe el coordinador del belén viviente, Iván de Bonifaz.

"Tenemos más de 200 figurantes de entre siete y casi 80 años, mulas, ovejas, caballos, patos y empezamos a preparar esta edición allá por finales de septiembre", explica el coordinador, quien reconoce haber tenido "unos pocos nervios" durante los días previos a la escenificación.

"La verdad es que llevamos ya dieciséis años con esto, pero siempre tienes ese gusanillo dentro, lo que es bueno, porque queremos agradar a los visitantes, que se vayan con buen sabor de boca", reconoce De Bonifaz, quien considera que la parte del recorrido más espectacular este año es el Misterio, "muy espectacular para todos los que vienen".

También tradicional es el belén de El Berrueco, localidad del norte de la Comunidad de Madrid donde desde hace dieciséis años se realizan dos representaciones, que este año tendrán lugar esta misma tarde y el próximo sábado, 27 de diciembre.

El pueblo se transforma durante unas horas para que no quede ningún vestigio de la época actual, igual que ocurre en El Molar (Madrid), otro pueblecito donde los visitantes pudieron disfrutar este viernes de una nueva edición de su belén viviente, en el que se ilustraron 25 escenas en 17 localizaciones diferentes con todo sus habitantes volcados.

La oferta es grande y el esfuerzo de muchas personas para hacer posibles estas representaciones, también. Estar varias horas de pie, de noche y con frío no es fácil. Sin embargo, como señala De Bonifaz, merece la pena "sobre todo por la cara de ilusión de los niños al observar las escenas". EFE

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