El gobierno húngaro pide al Parlamento Europeo que no interfiera en sus asuntos internos

  • Estrasburgo (Francia).- El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se defendió hoy con vehemencia de los ataques de buena parte del Parlamento Europeo (PE) a la ley de prensa impulsada por su Gobierno y advirtió a los diputados de que no interfieran en asuntos internos del país.

El gobierno húngaro pide al Parlamento Europeo que no interfiera en sus asuntos internos
El gobierno húngaro pide al Parlamento Europeo que no interfiera en sus asuntos internos

Estrasburgo (Francia).- El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se defendió hoy con vehemencia de los ataques de buena parte del Parlamento Europeo (PE) a la ley de prensa impulsada por su Gobierno y advirtió a los diputados de que no interfieran en asuntos internos del país.

Hungría presentó hoy en Estrasburgo (Francia) las prioridades de su semestre al frente de la Unión Europea (UE) en un debate totalmente eclipsado por la polémica sobre la ley de medios de comunicación aprobada en diciembre.

En previsión de las críticas, Orbán ya advirtió al principio de su intervención a los eurodiputados de que no mezclasen "la política interior húngara" con la Presidencia de la UE.

"Si mezclan ambos planos estoy preparado para la lucha, pero eso no irá en detrimento sólo de Hungría, sino de toda la Unión", avisó el primer ministro.

El mensaje se probó inútil, pues la polémica sobre la llamada por sus críticos "ley mordaza" ocupó la práctica totalidad de un acalorado debate.

"En una democracia son los medios de comunicación los que controlan al poder y esta ley hace que sea el poder el que vaya a controlar a los medios. Por eso estamos tan preocupados", abrió el fuego el líder socialista, Martin Schulz, que acto seguido pidió a Budapest la retirada del texto.

Le siguió el portavoz liberal, el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, quien lamentó que ser periodista empiece "a ser problemático" en algunos países de Europa e instó a Orbán a proteger el "pluralismo".

Más duro aún fue el líder verde, Daniel Cohn-Benditt, quien acusó al primer ministro húngaro de ir en camino de convertirse en un Hugo "Chávez europeo, un nacional-populista" y criticó que la ley obligue a los medios a dar una información "equilibrada".

"La información equilibrada no existe. ¿Cree usted que el señor Nixon encontraba la información del Watergate equilibrada? ¿Qué Bush pensaba que la de Abu Ghraib lo era?", dijo en referencia a ambos expresidentes estadounidenses.

Mientras todos los grupos del centro-izquierda del hemiciclo atacaron con dureza al primer ministro húngaro, y algunos diputados llegaron a cubrirse la boca con mordazas en señal de protesta por la ley; su familia política -el Partido Popular Europeo (PPE)- le expresó su confianza y agradeció el compromiso para hacer las modificaciones que sean necesarias en la ley de prensa.

La Comisión Europea está analizando a día de hoy la medida, sobre la que ya ha expresado importantes dudas, y tiene previsto pedir explicaciones esta semana a Budapest sobre algunos de sus puntos.

Orbán reiteró hoy su disposición a cooperar, pero aseguró que los críticos de la legislación cometen "errores de fondo" y lamentó los ataques que a su juicio se están vertiendo contra su país.

"Si alguien ataca a mi país lo defenderé", aseguró Orbán en su turno de réplica, en el que exigió a los eurodiputados de otros países respeto para Hungría.

"Yo no permito a los alemanes ni a nadie que sólo porque hemos vivido en una dictadura durante cuarenta años puedan poner en duda el compromiso democrático de los húngaros", insistió.

Para Orbán las críticas llegan por la mayoría de dos tercios que su partido tiene en el parlamento nacional y que harán que todo lo que haga se examine "al detalle" y que le vengan muchas más a lo largo de la Presidencia de turno europea.

"Soy el mayor peligro para la izquierda europea, entiendo que me ataquen", ironizó.

La ley de prensa húngara, que sustituye al texto anterior de 1986, ha provocado críticas de periodistas, organizaciones internacionales y grupos políticos de distintos países por su supuesta falta de garantías.

Entre las dudas que genera la ley destacan los poderes y una supuesta falta de independencia del consejo que supervisa a los medios, la obligación de registro para todo tipo de editores de contenidos y las sanciones a medios que no ofrezcan una información "equilibrada".

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