El Gobierno pinchó llamadas de Eduardo VIII antes que abdicara, según archivo

  • Las llamadas de teléfono del rey Eduardo VIII, que renunció al trono británico por amor en 1936, fueron interceptadas por los ministros del Gobierno en los últimos días de su breve reinado, según unos archivos secretos divulgados hoy.

Londres, 23 may.- Las llamadas de teléfono del rey Eduardo VIII, que renunció al trono británico por amor en 1936, fueron interceptadas por los ministros del Gobierno en los últimos días de su breve reinado, según unos archivos secretos divulgados hoy.

Los documentos, que han permanecido guardados en la oficina del Gabinete de ministros del Ejecutivo británico durante más de siete décadas, muestran que el entonces titular de Interior, Sir John Simon, dio instrucciones a la Oficina de Correos para que supervisara de forma encubierta las llamadas del monarca.

Eduardo VIII -que fue monarca entre enero y diciembre de 1936- protagonizó una crisis institucional al proponer matrimonio a la celebridad estadounidense Wallis Simpson, dos veces divorciada en una época en la que la Iglesia de Inglaterra se oponía a casar a divorciados mientras sus exparejas estuvieran vivas.

Según se revela en los documentos, la orden dada por Simon sugiere que entre Eduardo VIII y sus ministros existía una acusada falta de confianza en un momento en el que el soberano barajaba la opción de renunciar al trono británico para poder casarse con su amante.

En noviembre de 1936, el nuevo rey, quien entonces aún no había sido coronado, informó al entonces primer ministro, Stanley Baldwin, de su intención de contraer matrimonio con Wallis, según muestran los documentos hallados en los Archivos Nacionales de Kew, al oeste de Londres.

Baldwin se mostró inflexible al insistir en que ese matrimonio sería imposible mientras Eduardo VIII continuara en el trono.

Según desvelan los archivos desclasificados, al principio parecía que el rey llegó a pensar que podría salirse con la suya y casarse con Wallis, amparado por el apoyo popular.

Entre los documentos divulgados, figura un borrador de una nota, fechada el 5 de diciembre de 1936, y marcada con la frase "del más alto secreto", enviada desde el ministerio de Interior al responsable de la Oficina de Correos, Sir Thomas Gardiner, en la que se confirmaba la orden del titular de Interior para interceptar las llamadas del rey.

Los ficheros no contienen, sin embargo, textos de ninguna de las llamadas pinchadas ni otros detalles específicos de la operación.

No obstante, el 10 de diciembre de 1936, Eduardo -quien pasaría a llamarse duque de Windsor- firmó finalmente su abdicación, tras un reinado que duró tan solo 326 días, para cumplir su objetivo.

Tras la abdicación, le sucedió en el trono su hermano, el rey Jorge VI, padre de dos hijas, la actual reina Isabel II y la princesa Margarita.

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