Valencia.- El Museo de Prehistoria de Valencia acogerá la primera exposición monográfica dedicada al arte y rituales de la dinastía Han en España, integrada por una colección de 82 piezas que podrán visitarse hasta el próximo 21 de noviembre.
El Museo de Prehistoria, dependiente de la Diputación de Valencia, ha trabajado durante dos años para traer a la ciudad esta exhibición, donde se repasa la Historia de la dinastía que abrió la Ruta de la Seda y definió una parte importante del pensamiento filosófico chino.
"Imágenes para la inmortalidad en la dinastía Han" es la primera exposición monográfica sobre este periodo del Imperio chino, entre el año 206 antes de Cristo y el 220 después de Cristo, y recoge piezas procedentes de la colección particular "Pedro Lorente" de Madrid, informan fuentes de la corporación provincial.
La muestra ha contado con el asesoramiento de especialistas españoles en Arte de Asia Oriental como Isabel Cervera y Andreas Janousch, de la sinóloga y profesora de Literatura y Teoría de la Crítica Literaria China Alicia Delinque, y de uno de los más reconocidos calígrafos de China en la actualidad, Zongui Xu.
Según la directora del Museo, Helena Bonet, la dinastía Han representa un periodo clave en la historia de China, que abarca 400 años en los que se definieron "algunos de las aspectos básicos y valores del pensamiento filosófico y político chinos", y se abrió la Ruta de la Seda.
El Museo de Prehistoria de Valencia ha planteado un recorrido que incluye una propuesta didáctica, en una instalación donde se aporta información precisa sobre la dinastía Han, y lúdica, a través de la colección de objetos expuestos.
El objetivo es que el espectador realice un viaje en el tiempo trasladándose, veintitrés siglos atrás, a la época Han, y pueda así conocer la historia de una dinastía que fue coetánea de la Roma Imperial, su estructura política, la extensión geográfica de su Imperio, sus avances tecnológicos y su especial sensibilidad hacia las artes.
El legado material de la dinastía Han está ligado al rito como manifestación política, social y cultural, de modo que la arquitectura funeraria tuvo un importante desarrollo.
En aquella época, los ajuares tomaron nuevos materiales como la laca y la seda, y se empleó la cerámica en objetos cotidianos y suntuarios, explican fuentes de la Diputación provincial.
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