El obispo de Bilbao: en la paz es tiempo de trabajo constante y discreto

  • El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha opinado sobre la paz y la convivencia en Euskadi que se está "en unos momentos en los que es más útil el trabajo constante, discreto, a pie de calle, que las grandes declaraciones y las polémicas".

Bilbao, 27 dic.- El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha opinado sobre la paz y la convivencia en Euskadi que se está "en unos momentos en los que es más útil el trabajo constante, discreto, a pie de calle, que las grandes declaraciones y las polémicas".

En declaraciones por escrito a EFE, explica que no habrá a corto plazo un nuevo pronunciamiento conjunto de los obispos vascos sobre ETA -el último fue una homilía en febrero de este año-.

Según Iceta, "no es tiempo de cartas o declaraciones, sino de trabajar con constancia y discreción, de modo directo en las situaciones concretas, a pie calle. Hay documentación más que suficiente para conocer con claridad nuestra posición. Por ello, no tenemos en el horizonte a día de hoy ningún otro pronunciamiento conjunto, salvo que se produjera un hecho relevante que lo hiciera necesario".

Preguntado si persisten diferencias de criterio entre los tres obispos que impiden una posición común, Iceta ha respondido que desconoce la impresión que esto produzca en diversos ambientes, pero que cree que los obispos de las diócesis del País Vasco comparten criterios en este aspecto.

Para Iceta, "el magisterio de los obispos del País Vasco es nítido, profundo y fundamentado en el evangelio y en la doctrina social de la Iglesia. Desde hace más de un año, el Consejo Pastoral Diocesano está realizando una reflexión a este respecto, con el fin de alumbrar propuestas operativas. Esperamos concluir esta reflexión antes del verano".

Sobre la última polémica habida en su diócesis sobre el papel de las víctimas del terrorismo -entre el delegado de Pastoral Social, José María Delclaux y el deán de la catedral bilbaína, Luis Alberto Loyo-, Iceta ha dicho que "el obispo es padre, hermano y amigo de sus sacerdotes, y así lo quiero ser de mis sacerdotes y los dos son dignos de mi estima y confianza"

"Cuando dos hermanos discrepan, el padre debe procurar que hablen entre sí, expongan sus puntos de vista y sus posibles discrepancias y, a partir del evangelio, retomen juntos el camino y vivan la comunión por encima de todo. Me consta que así lo han hecho. Las discrepancias que pueda haber han de ser gestionadas con conocimiento, respeto, discreción y caridad, sin causar desconcierto en la comunidad diocesana y mucho menos en la plaza pública", ha concluido.

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