El obispo munilla dice que la asignatura de religión sufre "una estrategia de acoso y derribo"


El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, alertó hoy en el "Fórum Europa. Tribuna Euskadi" sobre el peligro que corre la asignatura de Religión en el sistema educativo español y convirtió su exposición en un alegato en defensa de la libertad de los padres para poder elegir para sus hijos esta asignatura.
Tras un minuto de silencio de todos los presentes en la conferencia por las víctimas del terremoto en la localidad de Lorca, Munilla dijo que no es justo lo que está ocurriendo con la asignatura de Religión, porque está padeciendo una "estrategia de acoso y derribo muy agresiva".
Durante su intervención en el citado acto informativo, organizado en Bilbao por Nueva Economía Fórum, advirtió de que lo que está en peligro "es la propia libertad de enseñanza y la libertad de conciencia, y esto debemos de tomarlo en serio".
Munilla cree que la clase de Religión sufre un acoso "por etapas", cuyo fin es acabar con ella. "Se empieza a poner palitos en las ruedas al estatus de materia evaluable, troncable, secundaria, alternativa o no, en horario extraescolar, y se sigue por reivindicar su exclusión del sistema público de enseñanza en nombre de un malentendido concepto de escuela laica, y se terminará a medio plazo por forzar su salida del curriculum de la enseñana privada concertada", declaró.
Ante ello, cree que lo que está en juego no es su inserción en el sistema público, sino "su misma razón de ser en el curriculum de la enseñanza reglada".
UN DERECHO, NO UN PRIVILEGIO
José Ignacio Munilla defendió la clase de Religión como "un derecho y no un privilegio" reconocido en la Declaración Mundial de los Derechos Humanos de la ONU y manifestó que esta asignatura es obligatoria en la mitad de los países de la Unión Europea. "Insertar la religión en el ámbito escolar supone en este sentido, converger con Europa", dijo.
Otro de los argumentos mencionados por el prelado es que el estudio de la religión proporciona una "cosmovisión" frente a "la fragmentación del saber", y esta fragmentación ha contribuido notablemente, a su juicio, al auge de cierta crisis de identidad cultural, de valores y de certezas.
Munilla también abogó por el diálogo interreligioso ante la amenaza del avance de los fundamentalismos. "Solo puede dialogar quien tiene conocimiento de su propia identidad y de su punto de partida. De lo contrario, más que a una alianza de civilizaciones estamos abocados a la desaparición de la nuestra", manifestó.
También opinó que una educación integral debe integrar la enseñanza de una "dimensión moral", porque "de poco vale la acumulación de conceptos en la enseñanza si no existe un espacio específico en el que se eduque en comportamientos morales como la sinceridad, la solidaridad, el respeto etc.".

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