El papa inicia su última celebración multitudinaria en Corea del Sur

  • El papa Francisco dio comienzo hoy a una misa al aire libre ante 45.000 personas en la Fortaleza de Haemi (oeste de Corea del Sur) que clausurará esta tarde la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA) y supondrá el último baño de masas del pontífice en su histórica visita a Corea del Sur.

Seúl, 17 ago.- El papa Francisco dio comienzo hoy a una misa al aire libre ante 45.000 personas en la Fortaleza de Haemi (oeste de Corea del Sur) que clausurará esta tarde la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA) y supondrá el último baño de masas del pontífice en su histórica visita a Corea del Sur.

La ceremonia, en la que participan jóvenes de 23 países asiáticos junto a feligreses surcoreanos, se celebra junto a la fortaleza de Haemi (unos 150 kilómetros al sur de Seúl), donde miles de mártires católicos fueron ejecutados en el siglo XIX.

El altar, presidido por cruces elaboradas por jóvenes de 23 países y ensambladas para formar una enorme cruz, ha sido instalado junto a la puerta oeste del castillo, conocida como la "puerta del cielo" ya que es el lugar por donde pasaban los mártires de camino a ser ejecutados.

La misa se celebrará en diferentes idiomas, mientras el papa leerá su homilía en inglés y otros participantes intervendrán en vietnamita, indonesio, japonés, hindi o coreano.

Francisco ya participó en la Jornada de la Juventud Asiática -que ha durado cinco días y ha reunido a 6.000 jóvenes de todo el continente- el pasado viernes en el Santuario de Solmoe, al oeste del país.

Allí el pontífice dio un discurso y respondió a las preguntas de los jóvenes en una ceremonia amenizada por actuaciones musicales.

Este encuentro es el equivalente asiático de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y se celebró por primera vez en 1999 en Hua Hin, Tailandia, con el objetivo de conectar a los jóvenes católicos del continente más poblado del mundo, que cuenta con unos 137 millones de seguidores de este credo.

Francisco se reunió esta mañana también en Haemi, donde llegó en helicóptero, con un grupo de obispos de toda Asia y expresó su deseo de que el Vaticano avance en el dialogo con los países de este continente con los que no mantiene relaciones diplomáticas plenas, lo que se ha considerado como una referencia a China.

El viaje de cinco días del líder de la Iglesia Católica a Corea del Sur, que alberga a 5,4 millones de fieles de esta religión, se considera histórico al ser el primero de un papa al país en 25 años y la primera en dos décadas a Asia Oriental.

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