El patriarca ruso dice que nada podrá romper los lazos entre Rusia y Ucrania

  • El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), Kirill, en su mensaje a los creyentes con motivo de la Navidad ortodoxa que se celebra hoy, mostró su convencimiento de que nada, ni siquiera la guerra en el este de Ucrania, podrá romper los lazos históricos entre los dos países vecinos.

Moscú, 7 ene.- El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), Kirill, en su mensaje a los creyentes con motivo de la Navidad ortodoxa que se celebra hoy, mostró su convencimiento de que nada, ni siquiera la guerra en el este de Ucrania, podrá romper los lazos históricos entre los dos países vecinos.

"Ninguna conmoción y sufrimiento temporales, ninguna fuerza externa podrá romper los centenarios lazos espirituales y culturales de los herederos de la santa pila bautismal de Kiev", dijo Kirill en alusión a las raíces de Rusia en el primer Estado ortodoxo ruso, la Rus de Kiev, que tuvo se centro político y religioso en la actual capital ucraniana.

En este 2015 que acaba de empezar, tanto en Rusia como en Ucrania conmemorarán la muerte del Gran Príncipe Vladímir de Kiev, fundador de aquel primer Estado moderno ruso, creado tras la cristianización de los pueblos eslavos que habitaban entonces extensos territorios en las actuales Ucrania, Rusia y Bielorrusia.

"A él debemos el ser portadores de la sabiduría cristina, y en suma, conformamos la familia unida de los pueblos ortodoxos hermanos de la histórica Rus. Así fue, es y será", subrayó el patriarca ruso.

Ya durante la misa que pronunció esta madrugada en la Iglesia del Cristo Salvador de Moscú, el principal templo de los ortodoxos rusos, pidió fe a los creyentes "en estos tiempos complejos", en los que muchos "temen por sus familias, sus allegados y el futuro que les espera".

"En estos días navideños, los rezos de toda la Iglesia y los míos son para la paz en Ucrania. Independientemente de dónde vivan los hijos (de Dios), sus opiniones políticas o preferencias, la Iglesia Ortodoxa Rusa cumple con la misión que depositó sobre ella el mismo Cristo", dijo Kirill.

Casi 5.000 personas, entre civiles y combatientes, han muerto en las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk desde mediados del pasado mes de abril, tras el estallido de una rebelión prorrusa contraria al vuelco de poder que vivió Kiev en febrero.

Tras la anexión de Crimea por Rusia en marzo, las relaciones entre Rusia y Ucrania no han dejado de empeorar hasta el punto de que Kiev acusa a Moscú de apoyar a los separatistas de Donetsk y Lugansk no sólo de palabra, sino también con armas e incluso tropas regulares que se hacen pasar por las milicias rebeldes.

Además, la anexión de Crimea y el apoyo a los prorrusos le ha costado a Moscú una escalada de tensión con Occidente sin precedentes desde la desintegración de la Unión Soviética.

Occidente, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, ha adoptado contra Rusia duras sanciones que han dañado su ya de por sí débil economía, al tiempo que Moscú y Washington han vuelto a discursos amenazantes que no se recordaban desde los tiempos de la Guerra Fría.

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