El plan de inserción laboral de personas con vih de ‘trabajando en positivo’ cuenta ya con el apoyo de 100 empresas


El plan de inserción laboral "Empresas responsables con el VIH y el sida de España", que lleva a cabo la Federación Trabajando en Positivo, cuenta ya con el apoyo de cien empresas, que colaboran en la lucha contra la discriminación existente en el mundo laboral hacia las personas que viven con VIH.
Así lo señalaron el coordinador de la Federación Trabajando en Positivo, Julio Gómez, y la prospectora empresarial Raquel Sebastián durante un encuentro informativo organizado por Servimedia, en el que destacaron la importancia de la inserción laboral de las personas con VIH como medida para luchar contra la situación de riesgo de exclusión social que sufre este sector de la población que agrupa a más de 150.000 personas en España.
La Federación Trabajando en Positivo, de la que forman parte 17 entidades presentes en nueve comunidades autónomas, inició su labor en 2007 como un espacio de coordinación de trabajo, de reivindicación ante la administración y la sociedad en general, y de desarrollo de programas alternativos, integrales y globales de empleo.
Desde entonces, esta organización ha llevado a cabo proyectos como el Servicio de Prospección Empresarial, cuyo objetivo es tender puentes entre las empresas, los Servicios de Orientación y las personas afectadas por el VIH y el sida que buscan empleo con el fin de crear un clima de confianza que permita impulsar proyectos comunes.
En este sentido, Sebastián declaró la importancia de las empresas “como agentes sociales capaces de integrar a estas personas en riesgo de exclusión social”. Además, subrayó que actualmente “muchas empresas desconocen que la población con VIH oscila entre edades que van desde los veinte y cincuenta años, es decir, son población trabajadora”, que podrían trabajar con total normalidad.
“A diferencia de años atrás, cuando los índices de mortalidad eran muy altos para los afectados de VIH y del sida, el progresivo avance de los fármacos y, en general, de la medicina, ha permitido que la calidad y la esperanza de vida de esta comunidad mejoren considerablemente”, apuntó Gómez.
En esta línea, explicó que es en este momento cuando la intervención laboral se plantea con fuerza y surge un movimiento que reclama, sobre todo a través de la Federación Trabajando en Positivo, el ejercicio de los derechos que corresponden a esta población en edad de trabajar.
Gómez insistió en la tasa de desempleo del 55% que afecta a este conjunto de la sociedad como “una de las cuestiones que nos motivan a trabajar la inserción laboral”. Según señaló, las causas que propician estos datos son, por un lado, el abandono del mercado laboral de muchos de los miembros de este colectivo y, en segundo lugar, los obstáculos que se originan por el estigma y la discriminación social.
De hecho, ambos miembros de la Federación Trabajando en Positivo coincidieron en señalar que este estigma social es una de las principales barreras para alcanzar la normalización de las personas con VIH en su día a día. Sin embargo, Sebastián advirtió que “no se puede culpar a las empresas de la discriminación actual que sufren las personas afectadas por el VIH, ya que éste es un reflejo de una realidad” que abarca todos los espacios de la vida cotidiana.
Por otro lado, una de las causas de este estigma social es, según Gómez, el desconocimiento generalizado en la sociedad en torno a los modos de transmisión y de prevención relacionados con el VIH. “En los últimos años la difusión de información y las diferentes campañas de prevención han ayudado a que se reduzca este estigma, pero aún queda mucho por hacer”, añadió el coordinador de la federación.
Los datos cifran en un 23,7% el porcentaje de la población que aún se siente reacia a compartir su lugar y tareas de trabajo, entre otros aspectos, con personas afectadas por el VIH.
Para hacer frente a este escenario de desinformación, la Federación Trabajando en Positivo reclamó una mayor inversión desde las administraciones públicas y la reactivación del “Pacto Social por la No Discriminación Asociada al VIH y al SIDA” de 2005, lo que, según Gómez, “supondría un gran impulso al proceso de normalización laboral de las personas con VIH”.

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