El rito medieval de los "picaos" continúa en 2014 con 37 disciplinantes

  • Treinta y siete personas han cumplido este año la "disciplina" de los "picaos" en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja), una autoflagelación penitenciaria cuyo origen se remonta al siglo XI y que se mantiene como una de los pocos ritos de este tipo en Europa.

Logroño, 19 abr.- Treinta y siete personas han cumplido este año la "disciplina" de los "picaos" en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja), una autoflagelación penitenciaria cuyo origen se remonta al siglo XI y que se mantiene como una de los pocos ritos de este tipo en Europa.

Las procesiones de Semana Santa de San Vicente sacan a las calles en tres ocasiones a los "picaos", además de otra en la que la disciplina se practica en el interior de la iglesia.

Este año miles de personas se han acercado a este municipio riojano, de apenas mil habitantes, para ver cómo 37 personas, 32 de ellas en las procesiones, se infringían un castigo como penitencia, por alguna súplica o promesa.

La Cofradía de la Santa Vera Cruz de los Disciplinantes, que mantiene viva esta tradición, por la cual los "picaos", con las caras tapadas y con una túnica blanca que deja al descubierto sus espaldas, que ellos mismos se azotan, hasta un millar de veces, con una madeja de cuerdas que pesa casi un kilo.

Quienes desean cumplir esta penitencia -que año tras año llegan de diferentes puntos de España- deben presentar junto a su solicitud un certificado de buena conducta de la parroquia a la que pertenecen y otro médico que acredite su buen estado de salud.

Durante su disciplina, el "picao" es acompañado por un "padrino" o persona que decide cuando el hematoma de la espalda puede "picarse" con una esponja de cera cuajada de vidrios rotos, que permite que brote la sangre para evitar la coagulación.

Después, el "picao" y su "padrino" se trasladan hasta la Casa de la Penitencia, junto a la Iglesia, para que un cofrade experto en esta materia lave las heridas con agua de romero y un bálsamo cuya fórmula es secreta y se transmite de generación a generación.

Este ritual fue declarado fiesta de interés turístico nacional en 2005.

Junto a los "picaos" las procesiones cuentan con "marías", el papel que se reserva a las mujeres, que realizan el recorrido encadenadas y descalzas.

El hermano mayor de la Cofradía de la Santa Veracruz, José Ramón Eguíluz, ha explicado que el número total de "picaos" es "prácticamente el mismo en los últimos años" y "demuestra que esta tradición sigue viva" porque "siempre hay personas nuevas que quieren ser "picaos".

De hecho, ha explicado, han contado con disciplinantes llegados de Castilla-León, Cataluña, Madrid y Andalucía, además de riojanos.

Y ha recalcado que "más allá de los días en los que se repite esta tradición, lo importante es todo el proceso que conlleva, antes y después" aunque "todo se refunde en la penitencia".

La Cofradía de la Santa Veracruz, cuyos estatutos datan del siglo XV, cuenta con 150 cofrades, en una localidad de un millar de habitantes; casi un tercio de sus miembros son mujeres.

La penitencia de los "picaos" se repite en otras dos ocasiones en el año, que no son tan multitudinarias como las de Semana Santa; son el tres de mayo o el primer domingo de ese mes (en 2014 el día 4) y el 14 de septiembre, días conocidos en San Vicente como "Cruz de mayo" y "Cruz de septiembre".

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