El sol sonríe a las familias cristianas congregadas en Colón

  • Contra todo pronóstico, como podría ser lógico a finales de diciembre, un sol radiante ha acompañado a las miles de familias cristianas que se han reunido hoy en la Plaza de Colón de Madrid para celebrar la Fiesta de la Sagrada Familia.

Irene Jiménez y Teresa Díaz

Madrid, 29 dic.- Contra todo pronóstico, como podría ser lógico a finales de diciembre, un sol radiante ha acompañado a las miles de familias cristianas que se han reunido hoy en la Plaza de Colón de Madrid para celebrar la Fiesta de la Sagrada Familia.

Portando sillas, mantas y termos de café, los fieles han empezado a llegar a partir de las diez de la mañana cuando, a pesar del sol, el frío aun se hacía sentir en el centro de la capital para participar en esta festividad, cuyo acto central ha sido la Misa, presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.

"La alegría del Evangelio de la familia", como ha denominado a la celebración Rouco, ha discurrido en un ambiente festivo y navideño, del que han disfrutado padres, madres, hijos y abuelos.

Villancicos tradicionales han sonado durante todo el acto, cantados por el coro infantil de la parroquia de Santa Catalina Labouré, y acompañados por las panderetas de las familias asistentes.

Familias que han venido desde todos los puntos de España y otros muchos de Europa, como podían atestiguar las banderas alemanas, francesas, holandesas, portuguesas o austríacas que han ondeado entre la masa.

Según miembros de la organización, este año ha asistido más gente que en las seis ocasiones anteriores en las que se ha celebrado esta jornada; también han participado más voluntarios y ha habido más periodistas acreditados.

Y entre toda esta gente, muchos niños, jugando distraídos o siguiendo atentos la ceremonia sobre los hombros de sus padres.

Unos pequeños que, pese al frío y las incomodidades, han participado en esta fiesta, que les sitúa como uno de los pilares fundamentales de las "pequeñas iglesias domésticas", como el Papa Francisco denomina a las familias.

Entre las que han asistido, se encuentra la familia de María Ángeles, que junto a su marido y sus seis hijos han llegado temprano desde Toledo para no perderse este acto, en el que llevan participando cinco años consecutivos.

Esta madre ha señalado a Efe que el motivo de su presencia es "testimoniar su fe y que se vea que la familia es importante", el lugar en el que "todo se disculpa y donde hay alegría".

La conexión en directo con el Vaticano, antes del inicio de la Misa, para escuchar al Papa Francisco, ha sido uno de los momentos más emotivos para los asistentes, que han ovacionado al Pontífice cuando ha mandado un "especial saludo" a Madrid durante el habitual rezo del Ángelus de todos los domingos.

Miriam, una alemana asentada en Madrid desde hace años, ha asistido junto a su marido y sus tres hijos, y se ha quejado de que hoy en día "a los que tienen una familia grande se los ve como asociales o egoístas, incluso como si nos quisiésemos aprovechar".

Por eso, ha decidido asistir al acto para "ver a otras familias que viven de la misma manera" que ellos, "reforzar su fe" y "mostrar la importancia de la familia cristiana" en la actualidad.

Después de la Liturgia, la plaza y las calles adyacentes se han llenado de paraguas amarillos y blancos, los colores del Vaticano, para indicar los puntos en los que mas de un centenar de sacerdotes han dado la comunión a los asistentes, incluidos los celíacos, al disponer de hostias sin gluten.

Durante la celebración, se ha hecho un llamamiento a los asistentes, a los que se ha pedido su colaboración para sufragar económicamente la fiesta, a través del envío de SMS con la palabra "Fami".

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