El tratamiento oncológico triplica el riesgo de complicaciones cardiovasculares


El tratamiento oncológico, tanto la quimioterapia como la radioterapia, triplica el riesgo de sufrir alguna complicación cardiovascular. Además, un 20% de los pacientes con cáncer tiene que suspender el tratamiento por problemas cardiovasculares, empeorando así su pronóstico oncológico, mientras que la mortalidad cardiovascular es actualmente la causa mas frecuente de defunción en pacientes que sobreviven a un cáncer de mama o a un linfoma.
Estos datos han sido aportados este jueves por cardiólogos y oncólogos que participan en el primer Simposio Internacional de Cardio-Oncología, organizado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) conjuntamente con la Fundación Ramón Areces y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que se celebrará en Madrid entre hoy y mañana y que reunirá a más de 300 expertos nacionales e internacionales que demandan la creación de unidades de Cardio-Oncología, para lograr mayores tasas de curación o remisión con el menor número de efectos cardiovasculares adversos y sin necesidad de suspender el tratamiento oncológico.
Mientras que en EEUU la mayoría de los Servicios de Oncología disponen de cardiólogos especializados en el tratamiento de los pacientes con cáncer, en España solo el Hospital de la Paz dispone de una Unidad de Cardio-Oncología que esté funcionando plenamente a día de hoy.
Sobre el daño que recibe el corazón de un paciente con cáncer por el traatamiento que recibe, la doctora Teresa López, del Servicio de cardiología del Hospital La Paz de Madrid señaló que, “los efectos son muy diversos y dependen del tipo de fármaco o del tipo de radioterapia”. La radioterapia torácica es la más dañiña, sobre todo cuando se radia el mediastino y la mama izquierda.
“La radioterapia produce daños a nivel del miocardio, del pericardio, de las coronarias y del tejido valvular, lo que deriva en insuficiencias valvulares, enfermedad coronaria precoz, perdida de fuerza del corazón y patología pericárdica”, subrayó la doctroa López.
El corazón es un órgano muy radiosensible, aseguró la doctora López, pero agregó que, “afortundamente las técnicas de radiación actuales han logrado reducir muchísimo la dosis de radiación que llega al corazón”.
Respecto a los fármacos utilizados en quimioterapia, los efectos secundarios cardiovasculares más conocidos están ligados a las antraciclinas (uno de los fármacos clave en el tratamiento de muchos tumores). Las antraciclinas producen daño directo sobre las células del miocardio causando disfunción ventricular. El riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca es diez veces superior después de recibir antraciclinas que tras un infarto no complicado.
Por esto, la elaboración de protocolos asistenciales de monitorización que ayuden a controlar los factores de riesgo "como la hipertensión, la glucemia, el perfil lipídico y la función cardiaca, mediante el uso de técnicas de imagen y biomarcadores, son esenciales para el diagnóstico precoz del daño cardiaco y la mejora de los resultados cardiológicos de las terapias del cáncer”, concluyó el doctor Juan Carlos Plana, del Cardiology Department del Baylor Colllege of Medicine de Houston.

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