"El Vaticano es más transparente de lo que se piensa: sus 'secretos' solo sirven para vender películas"

Giovanni Maria Vian es probablemente uno de los hombres que mejor conoce a Benedicto XVI, al que define como "amable y tímido". En 2005 fue elegido por el Papa para convertirse en el undécimo director de 'L'Osservatore Romano', el periódico de la Santa Sede que se publica a diario desde hace 152 años.

Este historiador y profesor universitario nacido en Roma hace 61 años ha vivido al frente del altavoz de la Iglesia Católica algunos de los asuntos más complejos que han azotado al Vaticano en los últimos años: desde el escándalo de la filtración de documentos clasificados –el denominado 'Vatileaks'–, o las dudas sobre la financiación, a la decisión de Benedicto XVI de renunciar al papado.

Conocedor de los detalles que se mueven alrededor del Santo Padre y del funcionamiento del Vaticano, Giovanni Maria Vian espera que el nuevo pontífice "siga el camino de sus antecesores" en una iglesia en permanente renovación.Benedicto XVI dijo que renunciaba porque le faltaban las fuerzas. ¿Qué virtudes necesita el nuevo Papa aparte de fuerza?

Cumplir con la tarea de cualquier obispo de Roma en la historia de la Iglesia. Como dijo el Papa cuando anunció su renuncia, debe tener la capacidad de gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio.En las últimas citas del ángelus, Benedicto XVI habló también en español. ¿El nuevo Papa debe saber español?

Creo que debe tener mirada y dimensión mundial. Católico en griego significa universal. Por eso Pablo VI viajó a los cinco continentes. Luego, mucho más Juan Pablo II. Benedicto XVI ha viajado casi tanto como su antecesor, que tenía 20 años menos cuando fue elegido papa. Juan Pablo II hacía una media de cuatro viajes al año, y Benedicto XVI, tres al año.Se pensaba que Benedicto XVI no era tan viajero.

Hizo 24 viajes internacionales. Y además viajó dentro de Italia. Eso explica por qué ha decidido dejar el Pontificado. Tomó su decisión después de un viaje de extraordinario éxito a México y Cuba, del cual volvió muy contento. Pero regresó muy agotado y a finales de abril decidió renunciar. No lo hizo enseguida porque salieron a la luz dos escándalos en el Vaticano: la filtración de documentos y los problemas de finanzas. Él dijo entonces -y lo ha cumplido- que no escapaba en los momentos de peligro.Como periodista, ¿qué recomendaciones daría usted al nuevo Papa desde el punto de vista de la transparencia?

Seguir como sus antecesores que supieron comunicar maravillosamente bien: Benedicto es el papa de la palabra. Juan Pablo de los gestos. Y Pablo VI de las palabras y los gestos. Continuar los caminos de sus antecesores.¿Cree usted que en este momento las finanzas vaticanas serán más transparentes desde que Ernst von Freyberg asumió el cargo del IOR [la banca vaticana]?

Creo que también en el ámbito de las finanzas se seguirá el camino hacia una transparencia cada vez mayor que ha sido practicado e indicado por el Papa Benedicto.Hay una frase que circula por Roma que es: "El que sabe no habla y el que no sabe, habla". ¿Radica ahí la fuerza del Vaticano?

Es una bonita expresión que no tiene nada que ver con la realidad. El Vaticano es mucho más transparente de lo que se piensa. Los 'secretos' del Vaticano solo sirven para vender películas y libros. No digo que no haya materias reservadas, lo cual es comprensible, ya sea una realidad humana o espiritual.Si pudiéramos definir las corrientes actuales del Vaticano, ¿cuáles serían?

Las que se encuentran en la Iglesia en todo el mundo. Hay opiniones diferentes, como es obvio. En extrema síntesis se puede decir que hay conservadores y progresistas. Sin embargo, la Iglesia está menos dividida de lo que se piensa. La Santa Sede no es un campo de batalla sino de debate. La tradición cristiana ha dado ejemplo de democracia como por ejemplo en la vida de las órdenes religiosas.¿Qué quiso decir el Papa hace poco cuando habló de renovación?

Es una realidad tradicional en la Iglesia. Un dicho medieval muy bonito es 'Ecclesia semper reformanda', o sea 'la Iglesia siempre tiene que renovarse'. El Papa lo dejó bien claro el día 8 de febrero, tres días antes de anunciar su renuncia.¿Tendría el nuevo Papa que fijarse en algo especialmente importante en España?

Sí, España, con una arraigada tradición católica y a pesar de la secularización, es fundamental. Sigue siendo muy importante y tiene una ejemplaridad respecto a la América hispanófona, que comprende parte de EEUU debido al crecimiento del catolicismo hispano.El hecho de que se haya nombrado a un español [Julián Herranz] para dirigir la investigación sobre el Vatileaks ¿refleja la confianza del Vaticano en los españoles?

Sí, la Santa Sede confía en los españoles. El cardenal Herranz es un gran jurista al mismo tiempo que un alto cargo de la Curia romana. Por eso el papa le confió la presidencia de la comisión cardenalicia especial que investigó la fuga de documentos reservados, una tarea especialmente delicada cuyos resultados sólo fueron entregados al Papa.¿Sabremos algún día algo de esa investigación?

Esto depende exclusivamente del Romano Pontífice.El último encuentro del Papa con un político fue con Mario Monti, ¿era un mensaje subliminal de cara a las elecciones?

No. Para nada. Este es el Papa menos político del último siglo. Quiere mantener clara la distinción típica de la tradición cristiana: al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Dicho esto, el Papa siente un gran aprecio por Mario Monti. Es indudable.Bersani, el líder de la izquierda y ganador de las elecciones, ha escrito una biografía sobre Gregorio Magno. En España, la izquierda no escribe libros sobre el Papa. ¿Es así Italia?

Bersani es un comunista típico italiano. Como reflejan hasta las películas italianas. No sé si conocen en España a las películas 'Don Camilo' [las aventuras de un pueblo con un alcalde comunista y un cura]. Al Papa le gustan mucho estas películas.

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