Emanaciones anómalas de radón se detectaron antes de la erupción submarina

  • Investigadores del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) detectaron emanaciones anómalas de gas radón entre el 15 de agosto y el 4 de octubre de 2011, previo a la erupción submarina que se produjo en la isla canaria de El Hierro, informa hoy Involcan.

Santa Cruz de Tenerife, 3 abr.- Investigadores del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) detectaron emanaciones anómalas de gas radón entre el 15 de agosto y el 4 de octubre de 2011, previo a la erupción submarina que se produjo en la isla canaria de El Hierro, informa hoy Involcan.

Como responsables de esas emanaciones anómalas de gas radón se apunta a los procesos de fracturación de las rocas volcánicas como consecuencia de la actividad sísmica y la presión de los gases volcánicos en profundidad.

La investigación ha sido publicada en la revista Geochemistry, Geophysics, Geosystems, que edita la Sociedad Geofísica Americana, se indica en un comunicado.

La erupción submarina se produjo a mediados de octubre de 2011 en el sur de la isla de El Hierro y en el estudio realizado por Involcan se reflejan los datos recogidos por las estaciones geoquímicas HIE02 y HIE03 instaladas desde 2005 en el pozo de San Simón y La Restinga, respectivamente.

Estas dos estaciones geoquímicas, localizadas a 18 y 2,2 kilómetros de distancia de la erupción submarina al sur de El Hierro, forman parte de las seis que conforman la red geoquímica instrumental permanente que el ITER dispone en esa isla.

Según Involcan, el análisis estadístico de las variaciones temporales observadas en la actividad de gas radón no son debidas a fluctuaciones de variables meteorológicas, sino que están relacionadas de forma estrecha con los cambios observados en la energía sísmica liberada durante ese periodo del proceso de reactivación magmática previo a la erupción submarina al sur de La Restinga.

Los procesos de fracturación de las rocas volcánicas como consecuencia de la actividad sísmica y la presión de los gases volcánicos en profundidad parecen haber sido los principales mecanismos responsables de estas emanaciones difusas anómalas de radón.

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