Emoción, desilusión y muchos disfraces en el Palacio Real

    • El sorteo de Lotería anima a gran cantidad de personas a asistir al Teatro Real con el deseo de tener entre sus manos un boleto premiado.
    • Canciones y risas dejan paso a caras de resignación y desilusión, durante una mañana que regala momentos para el recuerdo.
Una mujer que acudió caracterizada de Bombo de Lotería (Foto: José González)
Una mujer que acudió caracterizada de Bombo de Lotería (Foto: José González)

Como cada 22 de Diciembreel sorteo de la lotería de Navidad ha acaparado todas las miradas. En la mañana de este martes la atención de los españoles ha estado fijada en cómo los niños del colegio San Ildefonso iban cantando los números premiados.

Sobre las ocho y media de la mañana, las puertas del Teatro Real de Madrid se abrían para recibir a una multitud que deseaba vivir el acontecimiento en directo.

En el ambiente se respiraba la emoción del momento, y los deseos de llevarse a casa parte del premio. Todo ello en medio de una jarana compuesta por cánticos y disfracesvariopintos que convertían a quienes los llevaban en el blanco perfecto de todos los medios de comunicación allí presentes.

Una vez dentro del grandioso teatro y tomado el correspondiente asiento, la caída de las bolas en el bombo hacían retumbar la esperanza de los presentes.

El sorteo se inaugura con un primer número difícil de oír, debido a un fallo de sonido, y un segundo premio en la sexta bola. En este momento el público se arranca en aplausos que hacen presagiar una mañana trepidante.

Los premios eran cantados por las infantiles voces de los niños, mientras que sus padres se deshacían en piropos viendo como sus hijos se convertían en los protagonistas de este momento tan especial.

Un acontecimiento revoluciona a la sala, un tercer premio está en posesión de dos de las asistentes del teatro, unas loteras habituales de la zona de Sol se abrazan y gritan por tener en sus manos una serie números que no vendieron en estos días y que finalmente se quedaron.

Los periodistas se agolpan alrededor de ellas que parecen estar entusiasmadas, sin embargo uno de los periodistas les indica que el numero que muestra no es el premiado. A partir de ese momento, la desilusión cambia la expresión de sus caras.

La falsa alarma de premio ha sido sin duda uno de los momentazos que hemos podido ver en la mañana de hoy.

La tristeza de las dos señoras se vuelve alegría en el Teatro al cantar el tercer premio, un señor se ve rodeado de micros y cámaras cuando se percata que el número que juega con sus amigos es el afortunado. Un jubilado jovial confiesa que ayer dijo a su mujer "no prepares mañana comida, nos va a tocar la lotería", y parece que no se ha equivocado. "Brindaré con champán francés, que como ahora están los catalanes...", exclama el señor con lágrimas en los ojos.

Tras un buen rato dónde los niños cantan el soniquiete de los "mil euros", el gordo se abre camino en la mano de dos niñas emocionadas y conscientes de que han sido ellas las afortunadas en repartir el premio más esperado del año.

Una vez proclamado los premios más grandes, y rozando la una de la mediodía, el Teatro Real comienza a desalojarse o a dormirse, ya que alguno de los asistentes aprovechan la alta calefacción del recinto para recuperar fuerzas tras el madrugón.

Caras de resignación mezcladas con frases como "esto es así", o "lo importante es la salud", llenan la boca de aquellos que unas horas antes enseñaban sus décimos entusiasmados confiando en sus números.

Sin duda una mañana singular que sirve como espejo de una tradición que parece no perecer, un sorteo que al fin al cabo vende ilusión y sobre todo valoración de la salud.

Mostrar comentarios