En busca del trabajo más extraño

  • Sentado delante del ordenador todo el día. Si así es como temes que será tu trabajo durante el resto de tu vida, hay buenas noticias para ti. Y es que el dicho "para gustos, colores" puede aplicarse al ámbito laboral. Eso sí, ligeramente cambiado. El resultado sería algo así: "para gustos, empleos". Y es que hay 'curro' de casi todo, incluso en época de crisis.
Nadando entre tiburones.
Nadando entre tiburones.
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Jaime Hoyos

Probador de comida de perros, catador de olores corporales, contador de farolas estropeadas. Tres ejemplos de empleos, cuanto menos, insólitos. Detrás de cada uno de ellos hay siempre una persona con nombres y apellidos que tiene una historia que contar.

Nadar entre tiburones

Carlos Taurá es el responsable del tanque de océano del Oceanographic de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia. Se gana la vida buceando entre tiburones. Lo suyo fue algo fortuito. "Empecé a trabajar aquí porque participé en la construcción del acuario. No soy biólogo marino, soy buzo profesional".

Por mucho que pueda parecer, sumergirse todos los días con estos escualos no es algo, en principio, peligroso. "Es algo muy tranquilo. Los tiburones son animales que, en un medio adecuado, están felices y contentos". Aún así, Taurá confiesa que la primera vez que entró en el tanque sintió un poco de "incertidumbre".  El buzo cuenta que una vez tuvo un encontronazo con un tiburón toro. "Alimentando a los animales, uno de ellos me mordió la aleta del pie, aunque en seguida la soltó".

Trabajar de buzo en un acuario es una profesión a la que se puede acceder con tan sólo tener la licencia de buceo, para lo que hace falta contar con poco más de 300 euros. Eso sí, no se gana mucho. "El que trabaje aquí que no espere hacerse rico", dice Carlos. Lo bueno es que, de momento, parece que la crisis no se ha hecho notar en este sector. Será que los tiburones suscitan gran interés en España. No es para menos, ya que estos peces pueblan nuestras aguas. "Sí hay tiburones, y muchos". Así de tajante se muestra el buceador del Oceanographic ante la pregunta de si hay, o no, escualos en las costas españolas. "Lo que pasa es que no están a la vista. Te detectan mucho antes que tú a ellos y te evitan". Por cierto, entre las especies que surcan el mediterráneo se encuentra el gran blanco.

Gente que vive de su nariz

Y de detectar trata la siguiente profesión, en concreto de detectar olores. ¿Sabías a que se dedica un nariz? A elaborar perfumes. Se trata de un trabajo con buenas perspectivas. El consumo de cosméticos en España crece cada año, y en las navidades de 2010 los perfumes y colonias fueron de los productos más consumidos por los españoles ("Estudio de consumo navideño 2010", Deloitte).

Es un empleo en el que además se puede ganar mucho dinero. "Los 'top' se ganan muy bien la vida", dice Ramón Monegal, nariz de la marca española Antonio Miró. Empezó estudiando arquitectura, aunque las "circunstancias de la vida" le llevaron a iniciarse en el mundo de las esencias en la perfumería de su familia. Aún así, ha sido capaz de trasladar el oficio de urbanista al mundo de los olores: "Yo construyo olores". Para él, una esencia reporta "seguridad, estatus y huella" al que la lleva. Y lo hace en tres fases: en la "salida", en el "corazón" y en el "fondo", los distintos estadios por los que pasa un perfume desde que se aplica sobre la piel hasta que su olor se esfuma por completo.

"En España hay mucha cultura de perfumista" cuenta el nariz. "Las esencias las trajeron los árabes, y desde aquí se difundieron por el resto de Europa". Aún así, si quieres entrar en el mundo de los 'profesionales del olor', lo mejor es que viajes a la meca de los perfumes: Paris, a la prestigiosa escuela Isipca, Cursar un Master de dos años cuesta casi 20.000 euros.

Un consejo de Monegal: olvídate de usar una sola fragancia y lánzate a mezclar. "La industria defiende que no se debe hacer, pero a mí me encanta fusionar perfumes".

El negocio de la muerte

Todo el mundo tiene que morir, de eso no cabe duda, y no son pocos los trabajadores que hacen negocio de esta verdad universal. Los médicos, los enfermeros o los farmacéuticos son sólo algunos. Entre ellos se encuentran los tanatoprácticos, que se encargan de preparar a un fallecido para su velatorio.

Lo más importante es que transmita una imagen de tranquilidad. "Tenemos que restaurar al cadáver, cuidarlo. Tenemos que lograr que parezca que descansa", cuenta Jauma Prats Gol, del Instituto Español de Tanatopraxia

Para trabajar 'maquillando' a personas que han fallecido no hace falta tener una formación específica. Prats confiesa que él acabó en esto por "casualidad" mientras estudiaba para administrativo. Aún así hay muchas academias que ofertan cursos de tanatopraxia. "Se enseñan técnicas de extracción de tejidos, de conservación, de anatomía. Cada vez hay más personas que quiere trabajar de esto". Puede que sea la crisis la que empuja a la gente a plantearse un empleo de este tipo. Si es tu caso, debes saber que no está mal remunerado. "No somos mileuristas", dice el tanatopráctico, "aunque tampoco llegamos a los 2.000 mensuales".

Lo que sí hace falta es estar preparado psicológicamente. Trabajar con muertos hace marca el carácter. "Cuando ves la muerte a diario cambia tu manera de ver la vida, valoras mucho más las pequeñas cosas. A mi, por ejemplo, me cuesta mucho enfadarme".

La biblia de los trabajos extraños

La próxima vez que compres un hueso para tu perro, párate a pensar que hay alguien que se dedica a comprobar el aliento de estos animales todos los días. Su objetivo es desarrollar 'snacks' que acaben con el mal olor de las exhalaciones caninas. La próxima vez que compres una caja de preservativos, ten la seguridad de que una persona los ha inflado, uno a uno, para garantizar que funcionan bien. La próxima vez que sientas la imperiosa necesidad de liberar una ventosidad estomacal, debes saber que hay un equipo de científicos trabajando sin cesar para desarrollar unos calzoncillos que neutralicen su fuerte fragancia.

Empleos hay de todo tipo, eso está claro. La fotógrafa Nancy Rica Schiff da fe de ello en dos libros recopilatorios que ha dedicado a trabajos curiosos. El primero se llama 'Profesiones extrañas'. El segundo 'Profesiones aún más extrañas'. Rica cuenta con otras publicaciones en el mercado. Entre ellas un recopilatorio de imágenes de niños y otro de hermanos gemelos. Ganarse la vida haciendo este tipo de fotos es algo muy extraño también. Así pues, puede que la rareza, lo extraño, sea subjetivo. ¿O no?

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