"Yo estoy aquí por mi hija, tengo que alimentarla, pero no me gusta nada, esto no es vida". "Monté un negocio en mi país y fue mal, tengo una deuda de 20.000 euros y tengo que pagarla como sea". "Estuve un año y medio limpiando en casas, pero no podía mantener así a mi hija".
Son muchas las razones por qué mujeres de distintas nacionalidades empiezan a prostituirse. Con la crisis, muchas de ellas ven aplazados sus planes de dejar esa situación. Por eso, Cáritas Burgos impulsa una campaña para sensibilizar quien alimenta la industria de la explotación sexual, bajo el lema "En el infierno de la prostitución, no compras sexo, compras vidas".
"Comprar sexo es comprar vidas, supone involucrarse en el destino de una vida que está en un contexto de sometimiento objetivo y subjetivo. Significa reforzar las condiciones degradantes, no de un supuesto 'trabajo' sino de una vida que ahonda en su situación de exclusión", dice Cáritas Burgos en un dosier sobre la situación de las prostitutas de la provincia.
En los 21 clubes de Burgos actúan 250 mujeres de 14 nacionalidades y un 72% de ellas tiene menos de 35 años. La mayoría de ellas es brasileña y rumana, pero Cáritas subraya que está creciendo el número de españolas involucradas en las redes de explotación sexual.
Cáritas está distribuyendo carteles de sensibilización en gasolineras, centros sociales y parroquias de Burgos. Además, acompaña a 117 mujeres que desean dejar las redes de prostitución.
La campaña también promueve un Ciclo de Cine en la sala de la Caja Círculo. La próxima sesión será el miércoles 25 de abril, con la proyección de En la Calle de la Vergüenza. El 2 de mayo se exhibirán el documental Habitación 212 y el cortometraje Trapos Viejos.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios