En libertad y con pulsera localizadora el empresario que amenazó a su mujer

  • Las Palmas de Gran Canaria.- El empresario canario José Miguel Suárez Gil, que se encontraba en prisión desde el 6 de enero después de que amenazara a su mujer, ha quedado hoy en libertad sin fianza por orden del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, pero con una pulsera localizadora que ya se le ha instalado.

En libertad y con pulsera localizadora el empresario que amenazó a su mujer
En libertad y con pulsera localizadora el empresario que amenazó a su mujer

Las Palmas de Gran Canaria.- El empresario canario José Miguel Suárez Gil, que se encontraba en prisión desde el 6 de enero después de que amenazara a su mujer, ha quedado hoy en libertad sin fianza por orden del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, pero con una pulsera localizadora que ya se le ha instalado.

Al empresario, que debe llevar este dispositivo telemático de detección GPRS, se le imputan un delito de amenazas graves y otro de coacciones, según indicaron a Efe fuentes judiciales.

En un principio el auto de ingreso dictado el pasado día 7 de enero por el magistrado Luis Ocaña aludía a los delitos de tenencia ilícita de armas y detención ilegal, si bien finalmente en el de hoy no aparecen estas imputaciones.

Además, al que fuera parlamentario regional y presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas se le ha retirado el pasaporte, con la prohibición de abandonar la isla, la tenencia de armas y la posibilidad de obtenerla, al tiempo que deberá presentarse ante el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.

Suárez Gil fue detenido el pasado día 4 después de que presuntamente amenazará y encañonara con una pistola a su esposa, la abogada penalista Josefina Navarrete, quien había acudido ese día en compañía de una amiga a la casa de Tafira Baja que ambos compartieron con el fin de retirar sus enseres personales, pues existían problemas en la relación de la pareja.

El abogado de Suárez Gil, Eduardo López Méndez, ha manifestado a los periodistas que el auto dictado por la jueza titular del juzgado, Auxiliadora Velázquez, permite esclarecer que la "presunta extrema gravedad" que se pretendía atribuir a los hechos no reviste esos caracteres, sin perjuicio de las medidas cautelares adoptadas.

López Méndez, el nuevo defensor de Suárez Gil en sustitución de José Luis Benítez, declinó hacer más valoraciones mientras que el proceso contra su defendido esté abierto, por respeto a las partes y a su defendido, pero afirmó "rotundamente" que el trasfondo de los hechos es evidentemente "de carácter patrimonial".

Adelantó que, en relación a las determinadas circunstancias de carácter patrimonial que concurren en este caso, está estudiando las acciones que en derecho procedan.

Suárez Gil podrá dormir hoy en su casa de Tafira Baja donde sucedieron los presuntos hechos, según indicó Méndez, quien dijo que su estado de salud es "todo lo bueno que puede ser", pese a su edad, 67 años, y a que ha sido intervenido del corazón y es diabético.

López opinó que la prisión provisional del empresario no estaba justificada, máxime ante determinadas circunstancias que ha conocido de las declaraciones producidas en la vista celebrada con objeto de decidir la medida cautelar para su puesta en libertad.

Una medida en la que en principio se ha opuesto el representante de Navarrete, José María Palomino, pues persistía en mantener la situación de prisión preventiva, pero con carácter subsidiario ha estado de acuerdo en su liberación con la pulsera de localización, indicó López.

Suárez Gil, según su abogado, ha expresado su satisfacción por recuperar su libertad, sobre todo en relación a su familia, y por entender que en efecto su situación y los hechos no eran merecedores de la prisión, sin perjuicio de las medidas cautelares adoptadas, que el letrado defensor consideró proporcionadas y adecuadas a la situación.

Para el abogado de la acusación particular, sin embargo, la prisión hasta ahora del empresario estaba justificada por el grave riesgo que podría correr la víctima,

En su opinión, con el auto dictado hoy y con las medidas que acuerda, se logra el objetivo pues se entiende que, si existen esas garantías de seguridad para la víctima, no es imprescindible la prisión.

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