El sevillano Manuel González García, fundador de la Unión Eucarística Reparadora y de la congregación religiosa de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, fue obispo de Málaga y de Palencia.
En su ministerio sacerdotal destacó su empeño por abrir caminos para reavivar la vida cristiana de sus feligreses y su preocupación por la situación de las familias más necesitadas y de los niños, para los que fundó escuelas. Falleció en Madrid el 4 de enero de 1940 y fue beatificado el 29 de abril de 2001 por Juan Pablo II.
Su vida y obra, según destacan los obispos en un mensaje con motivo de su subida a los altares, estuvieron "centradas en la Eucaristía" y "constituyen un modelo para la Iglesia y para el tiempo, tan necesitados de espíritu contemplativo y de entregada actividad caritativa".
Los prelados destacan que González García animó siempre a los fieles "a participar en la Misa y a vivir lo que ella significa en el servicio a los pobres y excluidos". Precisamente, recuerdan que en 1920, cuando fue nombrado obispo de Málaga, de la que era auxiliar desde 1916, lo celebró reuniendo, en una comida festiva, a los niños pobres, que fueron servidos por autoridades, sacerdotes y seminaristas.
Además, la Conferencia Episcopal recuerda que el próximamente santo también "sufrió callada y ejemplarmente el destierro en la España de los dramáticos años 30 del siglo pasado" y "supo siempre perdonar a todos".
Por todo ello, los obispos consideran que 86 años después de su muerte, la vida y mensaje del nuevo santo español "recobran actualidad" y esperan que su canonización "anime a los fieles de la Iglesia en España a una verdadera y frecuente adoración del Señor en el sacramento de la Eucaristía, así como a una mayor vivencia personal y comunitaria del Domingo".
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