Entre lágrimas, Hugo Chávez pide vida a Cristo

  • Físicamente el presidente venezolano siente el cáncer avanzar en su cuerpo. Ayer, en una misa de las docenas celebradas en el país por su salud, exclamó afligido: "Dios, dame vida. Cristo dame tu corona que yo sangro, pero dame vida, no me lleves todavía".
Chávez pide a Cristo "no me lleves todavía" porque aún le falta por hacer
Chávez pide a Cristo "no me lleves todavía" porque aún le falta por hacer
Rafael del Naranco (Caracas)

El presidente Hugo Chávez, llegado al país en la madrugada del jueves procedente de Cuba, tras recibir la segunda ronda de radioterapia para tratar una lesión cancerosa operada hace 40 días, ha reconocido entre sollozos su precaria salud.

Al finalizar una misa de sanación rodeado de toda la familia en Barinas, su estado natal, el líder de la revolución bolivariana aseguró estar aferrado a la vida ante el combate contra una enfermedad "que marca el fin del camino físico a las personas".

Entre lágrimas exclamó quejumbroso: "Dios, dame vida. Cristo, dame tu corona que yo sangro, pero dame vida, no me lleves todavía".

Con voz entrecortada dijo no saber cómo expresar lo que estaba sintiendo en estos momentos tan crueles.

Luego de la eucaristía tomó la palabra. Dio gracias a los presentes y, con voz quebrada y ojos humedecidos, habló de la revolución, recordó a Simón Bolívar y lo comparó con el Nazareno. "Con su corona de espinas, con su pasión", señaló.

Durante la disertación –homilía, pudiera decirse - lloró e hizo sollozar a los presentes. "Nunca pensamos que le va a tocar a uno", señaló acerca del cáncer incrustado en su cuerpo.

Retransmitida en cadena de radio y televisión, la misa emocionó a miles de personas cuando, subido al tabernáculo, habló con frases entrecortadas:

"No sé ni cómo decir lo que estoy sintiendo, pero lo diré de alguna manera. No ha sido fácil lo que me ha tocado; no pude evitar las lagrimas cuando sentí la mano amorosa de mi madre y al mismo tiempo la de mi padre, ¡Dios, hace cuantos años no acariciaba yo estas dos manos al mismo tiempo!".

"Si lo vivido no ha sido suficiente, y me faltaba esto, bienvenido sea Dios mío; pero dame vida aunque sea llameante, vida dolorosa, no importa".

Y exclamó como flagelante nazareno en Jueves Santo: "Dame tu corona, Cristo, que yo sangro; dame tu cruz, cien cruces, yo las llevo, pero dame vida porque todavía me quedan cosas que debo hacer por este pueblo y esta patria mía", concluyó acongojado. Tras la alocución, pocos venezolanos dudan de que la enfermedad del gobernante es preocupante.

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