Enviado de la Santa Sede subraya que el perdón es la esencia del cristianismo

  • El enviado especial de la Santa Sede, el cardenal y prefecto de la Congregación por las Causas de los Santos del Vaticano, Ángelo Amato, que hoy preside la beatificación de 522 religiosos asesinados en la Guerra Civil, ha incidido en la importancia del perdón "como esencia del cristianismo".

Tarragona, 13 oct.- El enviado especial de la Santa Sede, el cardenal y prefecto de la Congregación por las Causas de los Santos del Vaticano, Ángelo Amato, que hoy preside la beatificación de 522 religiosos asesinados en la Guerra Civil, ha incidido en la importancia del perdón "como esencia del cristianismo".

Amato, que ha dicho que "nada justifica una guerra fratricida ni la muerte del prójimo", ha iniciado su homilía con citas bíblicas sobre el martirio y la fe y ha detallado que "España es una tierra bendecida por la sangre de los mártires" ya que se han beatificado más de un millar en 14 ceremonias.

La de hoy, ha añadido, incluye a los obispos -Manuel Basulto Jiménez, obispo de Jaén; Salvio Huix Miralpeix, obispo de Lleida; y Manuel Borrás Ferré, obispo auxiliar de Tarragona.

Sectores de la sociedad civil como la Coordinadora por lo Laico y la Dignidad y grupos católicos progresistas han pedido durante los días previos a la celebración de hoy que las autoridades eclesiásticas pidan perdón por haber apoyado a la dictadura franquista y el golpe de Estado de 1936 a la República.

También han criticado que se rinda homenaje a unas víctimas mientras los asesinados del otro bando aún permanecen en paraderos desconocidos, enterrados en cunetas y fosas común sin ningún reconocimiento público.

En este sentido, Amato ha abundado en su discurso de que los 522 beatificados hoy no son víctimas de la Guerra Civil, sino de "una radical persecución religiosa, que se proponía el exterminio programado de la Iglesia" y ha tachado los años 30 de "periodo oscuro de la hostilidad anticatólica".

"Vuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología, que anuló a millares y millares de ciudadanos pacíficos, incendiando iglesias y símbolos religiosos, cerrando conventos y escuelas católicas, destruyendo parte de vuestro precioso patrimonio artístico", ha criticado.

El cardenal ha descrito a los mártires como "víctimas", "hombres y mujeres pacíficos" que "no odiaban a nadie, amaban a todos, hacían el bien a todos".

También ha citado al diplomático y sacerdote italiano exiliado, Luigi Sturzo, que anunció que "las modernas ideologías son verdaderas religiones idolátricas, que exigen altares y víctimas, sobre todo víctimas, miles, e incluso millones".

Sin embargo, en los años 30 del siglo pasado, a los sacerdotes ya se les informaba del "peligro mortal en el que se encontraban y eran preparados espiritualmente para afrontar incluso la muerte por su vocación."

Por ello, "la Iglesia no quiere olvidar a estos sus hijos valientes" y "los honra con culto público" porque "la Iglesia, casa del perdón, no busca culpables".

El prelado también se ha referido la ciudad anfitriona, escogida porque concentra el grueso de mártires, con 147 y porque también aquí, en el año 259 después de Cristo fueron quemados vivos los primeros mártires, el obispo Fructuoso y de sus dos diáconos, Augurio y Eulogio.

Amato ha elogiado la figura de Fructuoso y ha repasado las persecuciones de la antigua Roma hacia los cristianos.

El mensaje de los mártires antiguos y modernos, ha concluido el cardenal, es perdonar. EFE

1010812

Mostrar comentarios