Dublín, 22 abr.- El Gobierno español abogó hoy por lograr un "equilibrio" entre los derechos de emisión de gases de efecto invernadero en la Unión Europea (UE) y las "necesidades" de una industria cuya producción "es menor" como consecuencia de la crisis.
El secretario de Estado español de Medio Ambiente, Federico Ramos, efectuó estas declaraciones en Dublín al inicio de una reunión informal de dos días de responsables comunitarios de esta cartera organizada por la presidencia de turno irlandesa de la UE.
Ramos aseguró que la posición española sigue siendo "equilibrada" pues Madrid entiende que el sistema europeo de comercio de emisiones (ETS, en inglés) es un instrumento "interesante" y "basado en el mercado" para "controlar" la emisiones de gases, al que hay que "dejar que funcione como un mercado", según ha sido diseñado.
Reconoció, no obstante, que este mecanismo deberá ser revisado después de que el Parlamento Europeo (PE) rechazara la pasada semana una medida para corregir temporalmente el exceso de derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2) -los permisos que permiten a la industria europea liberar gases de efecto invernadero- a fin de subir su precio, desplomado por la crisis.
Tras una votación, los eurodiputados se mostraron contrarios a que se retrase la subasta de nuevos derechos de emisión para evitar su entrada en el mercado europeo y contrarrestar su saturación.
"En estos momentos en que la producción está bajando es normal que los precios también bajen, lo que no debemos permitir es que el mercado llegue a un nivel que los precios le lleven a la desaparición", explicó a Efe Ramos.
En su opinión, la clave radica en "cómo mantener ese equilibrio entre un mercado de derechos de emisión" y las necesidades de un sector como el industrial, "cuya producción, ahora mismo, es menor y por tanto demanda menos derechos de emisión".
El objetivo del retraso de la subasta de emisiones, propuesta en noviembre por la Comisión Europea (CE), es aumentar el precio de los derechos, que actualmente se encuentra muy por debajo del valor que se esperaba que adquirieran cuando se crearon.
El sistema se diseñó para que el precio de los derechos de emisión se mantuviera entre los 25 y los 30 euros, pero que ahora se sitúa entre los 3 y los 5 euros.
Como consecuencia de la crisis, los precios se han desplomado, de manera que se pierde el efecto disuasorio del sistema de comercio de emisiones europeo, cuyo último fin es incentivar a las empresas a ser menos contaminantes.
Para Ramos, es necesario seguir avanzando hacia una "economía baja en carbono" que, al mismo tiempo, esté en consonancia con la "situación real de la economía y del sector productivo e industrial".
Para ello, agregó, "entendemos" que el ETS debe ser revisado de cara a un nuevo pronunciamiento del PE, un proceso en el que está trabajando la CE para "modificar la propuesta inicial" e introducir cambios que no "generen la desconfianza" de aquella y "lograr apoyos".
"Creo que hay una enorme preocupación en muchos países de Europa por su sector industrial y por defender la competitividad del mismo y España no es ajena a esto, pero a la vez debemos conseguir avanzar hacia mecanismos de producción más bajos en emisiones que los que hemos tenido hasta ahora", señaló.
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