"Esto no es una cita", historia de amor con ecos de "microteatro"

Madrid, 4 nov.- El director Guillermo Fernández Groizard ha presentado hoy su comedia romántica "Esto no es una cita", producción independiente que adereza su trama amorosa con pequeñas historias basadas en el "microteatro".

"Hemos tratado de basarnos en la realidad, que cada secuencia estuviera llena de verdad y que pareciera improvisada", ha declarado el director en una rueda de prensa en la Sociedad General de Actores, a la que también han acudido los protagonistas, Virginia Rodríguez y Darío Frías, y los actores secundarios Alexandra Jiménez, Carlotta Cosials y Jorge Pobes.

Con "Esto no es una cita" Fernández Groizard compone una arquetípica historia de amor, en la que Roberto y Paula, dos compañeros de trabajo, intentarán por todos los medios que su relación sentimental funcione, con la ayuda de sus mejores amigos y mientras tratan de olvidar a sus respectivas exparejas.

"Estos personajes somos todos", ha afirmado Frías, que interpreta a Roberto, el personaje bonachón que conquistará a Paula, una mujer que "tiene sus dudas y necesita una voz de la conciencia que la guíe, aunque luego haga lo que le dé la gana", en palabras de Rodríguez.

Esa persona es Andrea, encarnada por Alexandra Jiménez, que interpreta a "la amiga que aconseja pero no sabe defenderse en sus propias circunstancias", muy en la línea del colega del protagonista, Nacho, que para Pobes es "el típico conocido que escucha y que luego no tiene a nadie para ayudarle en sus problemas".

Cosials desempeña el papel de exnovia del protagonista y define a su personaje como "una 'femme fatale' envuelta en su propio halo de misterio, que siempre evita problemas y conflictos"; remate de una colección de personajes cuya construcción ha sido, para el director, "el noventa por ciento del rodaje".

Realizada en once días, "Esto no es una cita" ya ha cosechado varios galardones como el Premio del Público o la Biznaga de Plata a la mejor actriz para Virginia Rodríguez en la sección Zonazine del Festival de Málaga.

La película, que pretende "sacar esa sonrisa que hace mucho tiempo que no sacan otras películas", según Fernández Groizard, recrea dentro de la trama distintas piezas de microteatro, espectáculos de quince minutos para quince personas en una sala de quince metros cuadrados, como "Esto no es un hotel" o "El parto".