Expertos recomiendan la fisioterapia en el tratamiento de la incontinencia urinaria


La vicesecretaria del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, Ana Mª Valiente, informó este jueves a través de una nota que "la fisioterapia puede tanto prevenir, como curar o mejorar la incontinencia urinaria".
Según aseguró, en la actualidad esta patología afecta a más de dos millones de personas, el 75% mujeres y el 25% en hombres, y es tan frecuente como la hipertensión arterial, la diabetes y la depresión. La prevalencia aumenta con la edad y a los 80 años el porcentaje se iguala entre mujeres y hombres.
"Además, es un problema que normalmente se silencia", añadió. “El desconocimiento hace que el 10% de las mujeres incontinentes oculten su problema por considerarlo como algo inevitable en la vejez, por pudor, o por creer que es algo normal tras el parto”.
Aunque existen diferentes tipos de incontinencia urinaria (IU), el más frecuente (50% de los casos) es el de IU por esfuerzo o estrés, que se produce como consecuencia de un debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico que soporta la vejiga, útero y recto, hasta un punto en el que no pueden retener la orina cuando aumenta la presión abdominal.
Existen factores desencadenantes que pueden causar debilitamiento del suelo pélvico, como son algunas prácticas deportivas, alergias, tabaquismo, traumas previos, embarazo y parto, entre otros, pero en cualquier caso, los fisioterapeutas insisten en que "es una patología evitable, en la mayoría de los casos, si se sigue el debido tratamiento, y se puede ir más allá de los tradicionales medios paliativos como el uso de compresas, etc."
Estudios recientes afirman que el 3% de los hombres y el 1% de las mujeres manifiestan inestabilidad vesical o urgencia miccional. Muchos pacientes no lo comunican por pudor y otros porque piensan que no hay tratamientos efectivos. En el hombre, el síndrome prostático, es la entidad patológica más frecuente. Supone el 30% de las consultas al urólogo y afecta al 60% de los varones mayores de 40 años.
Así, existen diferentes técnicas fisioterápicas para abordar el problema, como son el trabajo manual intravaginal (para enseñar una correcta contracción del suelo pélvico); la realización de ejercicios activos del suelo pélvico (para tonificarlo); el biofeedback, (para obtener una rápida toma de conciencia de los músculos elevadores) y electroestimulación.
Además, los profesionales alertan de que si este trastorno no se trata convenientemente puede acabar generando otro tipo de problemas físicos y sociales que inciden de forma negativa en la calidad de vida de la persona, afectando a su vida personal y laboral.
La pérdida de orina puede provocar lesiones en la piel y la mucosa; afecta al sueño, ya que el paciente también siente la necesidad de ir al baño durante sus horas de descanso; limita a la persona a la hora desarrollar su carrera profesional, incapacitándola incluso para realizar determinados trabajos, y merma su vida social, toda vez que se ve reducida muchas veces al hogar por la vergüenza o la incomodidad que supone a la hora de salir.

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