En España, y tirando de refranero, las polémicas gustan más que un lápiz a un tonto. Sólo así puede entenderse que lluevan las opiniones sobre si las aficiones de Barcelona y Athletic van a pitar el himno nacional español, y más tras las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y que se realicen tan pocos análisis sobre el estado del césped del Vicente Calderón. Protagonista de la final casi tan importante como los propios jugadores, cuya integridad física depende en parte del estado de la hierba.
Cuando se eligió el estadio rojiblanco como escenario de la final, ya se sabía que el recinto rojiblanco acogía (acogió ya el domingo) un concierto de Coldplay cinco días antes del partido. Así que el césped acabó muy deteriorado como era de esperar, y es que 55.000 personas saltando pueden ser tan letales para la hierba como Atila, el rey de los hunos.
En el Atlético de Madrid trabajan a contrarreloj para que esté en perfectas condiciones el jueves 24, que es cuando el Athletic entrenará el día antes de la final de la Copa, que será el viernes. Ya se quitó el escenario sobre el que la banda Coldplay dio el concierto y se está replantando el césped en el fondo norte donde se situó.
El miércoles 23 por la mañana debería estar acabado este trabajo, igual que el de otras zonas del campo, menos castigadas porque estuvieron cubiertas por unas planchas de suelo sintético, pero que sufrieron la presencia de parte de los 55.000 espectadores.
¿Dónde está el problema?
Una cosa es poner los tepes de césped y otra que éste arraigue bien, que se quede firme. Que se lo digan si no a Maxi Rodríguez. El que fuera futbolista precisamente del Atlético sufrió una gravísima lesión de rodilla en el partido inaugural de La Nueva Condomina, en Murcia, un 10 de octubre de 2006. Un amistoso que enfrentó a España con Argentina y del que pasó a la historia el mal estado del terreno de juego, que no estaba bien enraizado y se levantaba con facilidad, lo que provocó la lesión del futbolista argentino.
Esta lesión no ha sido la única producida por el mal estado de un campo de fútbol. Uno de los finalistas de la Copa del rey 2011/12, el Barcelona, lo sabe bien. En 2006 sufrió una plaga de lesiones en la rodilla. Xavi Hernández, Gabri, Thiago Motta, Edmilson y Larsson sufrieron percances de mayor o menor gravedad.
En el club buscaron el culpable y señalaron al terreno de juego. Se replantó y las lesiones dejaron de producirse.
Esta temporada ha pasado un poco lo mismo: muchas lesiones musculares en los isquiotibiales y la decisión de renovar la hierba. Sin embargo, el resultado no ha sido tan bueno. Bajaron las lesiones, pero no se eliminaron del todo.
Toca confiar en que el día 25 de mayo, el césped del Calderón presente un aspecto inmejorable y que luego se ratifique durante el partido. Lo último que le faltaba a esta final cargada de polémica desde su nacimiento (el Real Madrid no cedió el Santiago Bernabéu, ahora todo el lío de los probables silbidos al himno) es que un jugador sufriera una lesión porque el tapete verde es inestable.
Sigue @jorgekosky
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