El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, dejó claro hoy en rueda de prensa que los actos vandálicos protagonizados estos días por los jardineros que trabajan para el Consistorio no harán que el Ayuntamiento presione a las empresas adjudicatarias.
Los jardineros volvieron a concentrarse hoy ante la sede de la Concejalía de Medio Ambiente, en el paseo de Recoletos, para protestar por su precaria situación laboral, y provocaron, por tercer día consecutivo, problemas en el tráfico en toda la zona de Cibeles y aledaños.
En la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, Gallardón explicó que se trata de un conflicto entre trabajadores y empresas privadas, y dijo que el Ayuntamiento lo que puede hacer es desear que a través del diálogo se pueda resolver.
El alcalde condenó los actos de vandalismo y de destrucción del patrimonio público que se ha producido por parte de algunos de los manifestantes estos días, y dejó muy claro "que si alguien piensa que, como consecuencia de esa destrucción del patrimonio público, nosotros vamos a presionar a los interlocutores sociales en uno u otro sentido, se equivoca profundamente".
El alcalde no cuantificó el coste de los destrozos ocasionados en estas manifestaciones, y rechazó que vaya a haber penalizaciones a las empresas adjudicatarias del servicio, porque dijo que, una cosa es que se incumplan los servicios que tiene comprometidos la empresa, y otra los actos de vandalismo sobre el patrimonio público, que son responsabilidad individual de quien los hace.
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