Gran rabino subraya que subir al Monte del Templo está prohibido a los judíos

  • El rabino jefe sefardí de Israel, Yizhak Yosef, una de las principales autoridades religiosas del judaísmo, subrayó hoy que la ley prohíbe a los judíos subir a la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo, y culpó a los ultranacionalistas de la violencia en Jerusalén.

Jerusalén, 7 nov.- El rabino jefe sefardí de Israel, Yizhak Yosef, una de las principales autoridades religiosas del judaísmo, subrayó hoy que la ley prohíbe a los judíos subir a la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo, y culpó a los ultranacionalistas de la violencia en Jerusalén.

"Este es el lugar para pedir a nuestra estimada gente que paren estas provocaciones, desde aquí insto a todo el que escuche: está prohibido subir al Monte del Templo", dijo el rabino durante el funeral de la segunda víctima mortal judía del atropello deliberado por parte de un palestino el miércoles en Jerusalén.

La víctima, Shalom Aharon Badani, de 17 años, era nieto del rabino Shimon Badani, miembro de la directiva del partido ultraortodoxo Shas.

"Desde aquí insto a quien escuche a parar esto para que la sangre del pueblo de Israel no sea derramada", agregó Yosef, quien criticó con dureza a aquellos rabinos ultranacionalistas que promueven la subida a este recinto, donde hace 2.000 años se elevaba el Segundo Templo Judío, destruido por los romanos.

Uno de esos ultranacionalistas, el rabino Yehuda Glick, resultó herido de gravedad hace una semana al ser tiroteado por un presunto pistolero palestino en Jerusalén Oeste.

Ayer, cientos de colonos y ultranacionalistas judíos marcharon desde ese lugar hacia la Explanada al grito de "Vamos a incendiar las Mezquitas y construir el Tercer Templo" con la intención de subir al monte, lo que impidió la Policía.

La ley judía prohíbe rezar y pisar el lugar donde estuvo el citado santuario -el lugar más sagrado del judaísmo- por temor a profanar el Sancta Sanctorum.

Según sus preceptos, que comparte el Gran Rabinato de Israel, solo se podrá hacerlo cuando el esperado Mesías llegue y construya el Tercer Templo en el lugar donde hoy se levantan las mezquitas de Al Aqsa y el domo de la Roca, tercer lugar más sagrado del islam.

Yosef, que dijo que subir al monte es un pecado grave", calificó de "hijos de Esaú (enemigos)" a aquellos que provocan y dijo que "han generado en los árabes el odio hacia nosotros, poniendo combustible a la pira".

Las palabras del rabino fueron duramente replicadas por el líder del movimiento ultranacionalista y procolono, Naftali Bennet, actual ministro de Economía y uno de los hombres más influyentes de la coalición de gobierno que lidera Benjamín Netanyahu.

Bennett dijo que "es incorrecto" decir que la sangre judía se derramó por subir al Monte del Templo.

"Honorable jefe rabino, la sangre de los judíos se derramó porque los árabes los mataron", escribió en su página de la red social Facebook.

Según el diario progresista "Haaretz", el presidente del país, Reuvén Rivlin, llamó al rabino antes de que se iniciara el Sabat para recordar que se debe hacer todo lo posible para calmar la situación.

Los barrios árabes de Jerusalén Este son escenario desde el principio de verano de incidentes violentos y enfrentamientos casi diarios entre jóvenes palestinos, policías israelíes y colonos judíos.

La tensión se ha multiplicado en las últimas tres semanas después de que dos kamikazes palestinos mataran a cuatro personas al atropellar a viandantes en las vías del tranvía que corre por la antigua "línea verde", que divide las dos partes de Jerusalén.

Y se disparó hace una semana, cuando Israel decidió cerrar al culto musulmán, por primera vez desde 1967, la explanada en respuesta al intento de asesinato de Glick, uno de los promotores del cambio del "statu quo" en la explanada que tanto temen los musulmanes.

Pese a que fue reabierta a las pocas horas, la decisión llevó a Jordania -que gestiona la explanada- a llamar a consultas a su embajador y amenazar con romper el acuerdo de paz firmado en 1994.

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