Greenpeace advierte de que los incendios del futuro serán "más virulentos y difíciles de extinguir"


Greenpeace alertó este jueves de que "los incendios del mañana" podrían ser "más virulentos y difíciles de extinguir" en España si las autoridades no invierten en prevención y extinción de los incendios forestales.
Así lo aseguró Greenpeace con motivo de la presentación de su informe "Incendios forestales. No podemos bajar la guardia", donde analiza que los avances en la lucha contra el fuego de los últimos años tienen un efecto secundario porque el aumento de la masa forestal no va acompañado de inversiones para su correcta gestión.
Greenpeace señaló que, aunque la época de riesgo de incendio aún no se ha terminado, 2011 está siendo un buen año en comparación con las cifras de la última década, ya que hasta el pasado 14 de agosto había ardido una superficie de 33.500 hectáreas, un 60% menos de la media de los últimos 10 años.
Sin embargo, el informe alude a la "paradoja de la extinción", es decir, cómo la falta de gestión ambiental y la mayor cantidad de biomasa acumulada, debido al éxito en la extinción, entre otras razones, crea un paisaje con más combustible que propicia incendios cada vez más intensos.
Greenpeace mostró su preocupación por este hecho, ya que "la crisis económica y los recortes presupuestarios han empezado a afectar a las partidas destinadas a la prevención y extinción de incendios".
Greenpeace también ha detectado cómo la "temperatura social" ha disminuido y las encuestas de opinión reflejan que los ciudadanos relegan los incendios forestales a puestos más bajos entre los problemas medioambientales que afectan a los españoles.
"Es precisamente ahora cuando no podemos bajar la guardia y pensar que los incendios han dejado de ser un problema. Si no gestionamos la gran cantidad de biomasa acumulada, sea mediante la gestión forestal, la producción sostenible de energía, las prácticas ganaderas respetuosas con el entorno o el uso controlado del fuego, más tarde o más temprano tendremos episodios de incalculables consecuencias", afirmó Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.
Para evitar esta situación, Greenpeace propuso revisar el modelo vigente de lucha contra los incendios y evolucionar hacia una gestión global, que, además de seguir apoyando y reforzando el trabajo de las fiscalías de medio ambiente en la prevención y persecución del delito de incendio forestal, aborde los grandes retos derivados de la realidad forestal española donde al abandono generalizado de los montes se le añade ahora los efectos del cambio climático.

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