Hace un año Estela Carlotto recuperaba a su nieto en Argentina y emocionaba al mundo

  • Un año después de que Ignacio Montoya Carlotto supiera que era el nieto buscado durante 37 años por la activista Estela Carlotto, la abuela más famosa de Argentina, afirma que su historia es la historia de su país, herido por la cruenta dictadura entre 1976-83.

En varias entrevistas este miércoles la abuela y el nieto evocaron las emociones doce meses después de conocerse un resultado de ADN que dió la vuelta al mundo con la imagen del nieto 114, recuperado gracias a la tarea de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, fundada y liderada por Carlotto tras la desaparición de su hija Laura embarazada.

"Lo viví largo a este año, parece que todo pasó hace como 10 millones de años. Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo y parece que el tiempo transcurrió más lento", dijo al diario Infoeme de Olavarría, una ciudad a 353 km al sudoeste de Buenos Aires, donde se crió y vivió apacible hasta el año pasado.

El músico, que conoció su verdadera identidad tras haber sido robado de bebé en 1978, durante la dictadura, quiso recordar este nuevo cumpleaños en las redes sociales.

"Hace un año recibía una llamada de un número desconocido y de un momento a otro el frente de mi casa se me llenó de gente. Intuí que algo o todo de lo que había hasta ahí no sería igual de ahí en más", escribió.

A sus 38 años se esmera por cuidar su privacidad, marcar distancia del proceso judicial contra los padres de crianza, un par de peones a quienes se refiere con cariño.

El hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya, militantes políticos asesinados en la dictadura argentina (1976-83), fue robado poco después de nacer en un centro clandestino de detención.

Su madre lo llamó Guido, contó una sobreviviente que había sido compañera de cautiverio, pero sus apropiadores lo inscribieron como Ignacio Hurban, nombre que finalmente conservó junto a los dos apellidos de sus verdaderos padres.

"Hasta ese entonces (hace un año) era dueño de una franca y apacible vida que se veía materializada en unos afectos buenos que supieron acompañarme con la valentía de gladiadores y el amor de los mejores amores", afirmó el nieto.

Pero para la abuela Carlotto fue difícil aceptar que el chico al que buscó siempre como Guido obviara ese nombre en su nuevo documento de identidad.

"A mí me dolió. Yo le dije: 'Tu mamá te puso Guido y yo te busqué por el mundo como Guido'", contó la activista de 84 años al diario Tiempo Argentino.

Pero enseguida aclaró que es una decisión que comprende: "Ya pierde una historia para entrar en otra y va a perder el nombre y qué más va a perder ¿no?", sostuvo Estela Carlotto.

"Las Abuelas no buscamos y encontramos a los nietos para hacerlos prisioneros sino para liberarlos", indicó.

Montoya Carlotto fue anotado como propio y criado por una pareja de trabajadores rurales en la zona de Olavarría, a los que fue entregado por el poderoso patrón del campo donde trabajaban y quien tenía vínculos con la dictadura.

"Comenzó ese 5 de agosto de 2014, un viaje con olor a aventura y sueños de final feliz, abrazos, muchos llantos, preguntas, respuestas y más respuestas que preguntas", destacó sobre la fecha en que supo que el análisis genético había dado positivo.

Aquel día supo que su propia abuela era Estela, la reconocida presidenta de la organización dedicada desde 1977 a buscar a unos 500 bebés y niños robados durante la dictadura, que desapareció o asesinó a unas 30.000 personas.

"Me encontré con la alegría reflejada en lágrimas de una larga vida de búsqueda, al fin con el premio del abrazo final", afirmó.

Ignacio fue el 114° nieto que recuperó su identidad, luego hubo dos casos más.

"La historia de mi familia recorre la historia del país", dijo en una entrevista con Tiempo Argentino divulgada también el miércoles.

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