Haití. Hoy se cumplen tres años del terremoto que mató a más de 300.00 haitianos

Hoy se cumplen tres años desde que un terremoto de 7,3 grados en la escala de Ritcher acabase con la vida de más de 300.000 haitianos y dejase 1,5 millones de damnificados en el país, el más pobre de América Latina.
Según distintas ONG que trabajan en el terreno, todavía queda mucho por hacer y el camino de la reconstrucción será largo y costoso. La ayuda de emergencia y la asistencia alimentaria de los primeros momentos han dejado paso a numerosos proyectos de reconstrucción, ya que el país necesita nuevas escuelas, carreteras, sistemas de saneamiento y centros sanitarios, entre otras infraestructuras. Todo ello en un país afectado de forma muy importante por la pobreza desde mucho antes de que se produjera el seísmo del 12 de enero de 2010.
Prácticamente todos los haitianos perdieron algún familiar o conocido durante el terremoto, y las heridas físicas y psicológicas aún perduran. Prueba de ello son los miles de amputados y graves discapacitados provocados por el terremoto, a los que hay que añadir las más de 7.000 víctimas mortales provocadas por la epidemia de cólera posterior.
Organizaciones dedicadas a atender a la infancia han llamado la atención sobre los peligros que corren aquellos pequeños que perdieron a sus familias, viven en campos de refugiados o en instituciones del Estado. El secuestro, la violencia física y sexual, el tráfico y la falta de identidad son problemas que ya estaban presentes en Haití, pero que el seísmo contribuyó a agravar. A ello se añade la inseguridad alimentaria y la dependencia de las importaciones.
Se calcula que el terremoto de hace tres años, una de las catástrofes más graves de la historia, mató a unas 316.000 personas, dejó heridas a otras cientos de miles y más de millón y medio quedaron sin hogar. Además, miles de edificios quedaron destruidos y las infraestructuras viarias y telefónicas resultaron seriamente dañadas, así como los hospitales, escuelas y sedes gubernamentales.
La catástrofe movilizó a la comunidad internacional y cientos de organizaciones humanitarias y organismos, así como numerosos países, enviaron personal y dinero para tratar de paliar las consecuencias del terremoto y reconstruir el país.