Una secuoya y una higuera, vecinos históricos de la Universidad de Salamanca

Una secuoya y una higuera, vecinos históricos de la Universidad de Salamanca
Una secuoya y una higuera, vecinos históricos de la Universidad de Salamanca
EUROPA PRESS
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Estos dos "testigos naturales" del Estudio Salmantino están a apenas cien metros, cualquiera que quiera ver la secuoya apenas tiene que andar un minuto para acercarse a la higuera, que entrelaza los balcones de la actual Casa Museo Unamuno.

Ahora es noticia la secuoya roja o de California, pues un estudio reciente ha certificado el buen estado de salud de este árbol, originario de la costa del Pacífico de Estados Unidos, desde el sur de Oregón hasta las montañas de Santa Lucía, en California.

En concreto, la secuoya de las Escuelas Mayores es fruto de un plantón donado por Federico de Onís aproximadamente en 1.876 y, desde su entonces, se ha convertido en "un elemento significativo" del patio de la Universidad de Salamanca.

En cuanto a la higuera, es testigo del paso de Unamuno por Salamanca. Sus raíces brotan de la casa en la que vivió el pensador siendo rector y sus ramas se sustentan en el balcón desde el que, como inquilino de esa morada, utilizaba para ver desde ella la calle Libreros o uno de los costados de la Catedral de Salamanca.

Ese edificio, con higuera incluida, es actualmente la Casa-Museo Unamuno, y en ella los turistas e interesados pueden descubrir la vida del literato en su época de rector, pues entre sus paredes descansan objetos que fueron parte de su vida, como el escritorio en el que dio forma a no pocos de sus escritos y otros objetos personales, además de sus libros.

Esa higuera no solo fue parte de la casa en la que vivió, también ha pasado a la historia de la literatura, porque Unamuno dejó huella de ella en su obra. Por ejemplo, escribió el poema titulado 'La parra de mi balcón', en alusión a ella.

Esos versos dicen de que de la parra de ese balcón surgen "verdes uvas" y argumenta: "No quiero que prensados en las cubas de vino se confundan mis racimos y con ellos se pierdan mis sonetos".

SECUOYA

La secuoya plantada hace 140 años en las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca (USAL) se mantiene con "notable vigor" aunque sufre desde hace años una plaga de cochinilla y pulgones, a la que se tratará de poner solución con la suelta en su tronco de "insectos depredadores".

Este recurso natural permitirá un tratamiento sin necesidad de acudir a pesticidas, según un estudio sobre el emblemático árbol que se ha realizado en los últimos meses y que han presentado el vicerrector de Economía de la USAL, Ricardo López, acompañado por el director del CIALE, José Sánchez Sánchez, y el fundador de la empresa Arbórea Intellbird, Carlos Bernabéu.

A través de "un minucioso análisis", los expertos han encontrado varios defectos en el emblemático árbol, como hojas debilitadas, acumulación de guano, áreas muertas y zonas desnudas.

Según el informe presentado por la USAL, las causas de estos problemas son, principalmente, la suciedad, por la mezcla de altas temperaturas, ausencia de lluvias y guano de aves, que "se complica por la mala ventilación del árbol debido a las paredes del claustro que lo acogen; y las plagas de insectos, muy especialmente de cochinilla y pulgones".

"NOTABLE VIGOR"

No obstante, el análisis ha concluido que el árbol mantiene "un notable vigor" De hecho, las partes altas tienen "un buen crecimiento" al mantenerse libres de la acumulación de guano y estar bien ventiladas.

Por ello, el informe concluye que con una serie de medidas paliativas la secuoya podrá crecer y mantenerse saludable "muchos años", han explicado los responsables del estudio elaborado por CIALE y Arbórea Intellbird.

Las medidas de actuación consistirían, principalmente, en el riego ocasional a presión; la suelta de insectos depredadores, con el objetivo de acabar con la plaga de cochinilla y pulgón sin recurrir a pesticidas; y el uso de "una red fina" para el control de aves que impida su entrada sin dañar la estructura del árbol ni perjudicar su crecimiento.

El informe ha sido elaborado por el equipo de investigadores de palinología del CIALE, dirigidos por José Sánchez, en colaboración con la empresa Arbórea Intellbird, cuyos drones han servido para realizar un estudio en profundidad del emblemático árbol.

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