Sandra Nabucco, de 52 años, paseaba a su perro por laAvenida Marques de Sao Vicente, en Gávea (Brasil), cuando un puercoespín perdió el equilibrio desde el poste de luz en el que se había subido, y fue a caer sobre la cabeza de la señora.
Amortiguado el descenso en la cabellera de la mujer, el puercoespín no sufrió daño alguno, pero en su aterrizaje le clavó a la mujer más de 250 púasde las que adornan su rechoncho cuerpo.
La propia víctima del puercoespín paracaidista relató al diario brasileño O Globocómo sucedió todo, cuando caminaba cerca del Instituto Moreira Salles de su ciudad: "de la nada sentí un golpe en la cabeza. Miré hacia abajo y vi a una criatura. Puse mi mano sobre mi cabeza y sentí las espinas. El dolor era enorme", recuerda Sandra. La mujer identificó al puercoespín como de la especie localmente denominadaouriço cacheiro, que pesa cerca de 4 kg.
Tras los primeros instantes de confusión, que aprovechó el puercoespín para darse a la fuga, Sandra pidió ayuda a una patrulla policial cercana, que la atendió de inmediato y la trasladó al hospital Miguel Couto.
Sandra segura que el médico que la atendía dejó de contar las púas que le extraía de la cabeza, al llegar a las 150. Al final, parece que fueron 272 las que dejó clavadas el puercoespín volador a la señora, que a pesar del dolor aún tenía ánimos para alegrarse de "haber salvado al puercoespín" de una posible muerte.
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