Santiago de Chile, 2 ago.- A pesar de la existencia de leyes que abordan la violencia contra las mujeres, en América Latina y el Caribe la impunidad de las agresiones machistas "es la norma, en vez de la excepción", declaró a Efe la directora de ONU Mujeres, Michelle Bachelet.
"La naturalización de la violencia contra las mujeres y las niñas junto a la debilidad institucional en muchos países de América Latina y el Caribe hace que la impunidad sea la norma en vez de la excepción", aseguró la expresidenta chilena.
En la región "se han logrado varios cambios positivos en las últimas décadas, particularmente en salud -con una fuerte disminución de mortalidad materna- y en paridad educativa", destacó la directora de ONU Mujeres.
Sin embargo, en comparación con el resto del mundo, América Latina "saca nota roja" en aspectos como la igualdad salarial, la violencia de género, advirtió.
En el aspecto laboral, el empleo femenino oscila entre 40 % a 70 % en la región, mientras el masculino es superior al 85 % en todos los países.
"Las diferencias salariales siguen siendo un importante obstáculo para el progreso económico femenino", señaló Bachelet en una entrevista con Efe en la que abordó su trabajo al frente del organismo creado por mandato de la Asamblea General de las Naciones Unidas en julio de 2010.
Los hombres ganan más que las mujeres a cualquier edad, en todos los niveles de la educación, en cualquier tipo de empleo (por cuenta propia, empleadores y empleados) y en las grandes y pequeñas empresas.
"En promedio en América Latina a las mujeres se les paga hasta 40 % menos que a los hombres y además constituyen la mayoría de los trabajadores domésticos y del sector informal, con todos los riesgos y abusos que esto conlleva", denunció la ex mandataria.
En la lucha contra la violencia machista, "América Latina ha avanzado mucho en el desarrollo de marcos legales que tipifican y sancionan la violencia contra las mujeres y las niñas".
De hecho, fue la primera región en el mundo en contar con una "Convención regional para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer", que entró en vigor en 1995 y ha sido ratificada por todos los países.
Pero "la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoce que la mayoría de los casos de violencia contra las mujeres denunciados no son formalmente investigados, juzgados, ni sancionados por los sistemas de administración de justicia", agregó.
En algunos países, las leyes contra la violencia no establecen sanciones claras o la consideran una mera contravención, lo cual "dificulta su aplicación, permite a los agresores gozar de impunidad y no proporciona reparación a las víctimas".
La Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala calcula que la tasa de impunidad en ese país es del 98 %.
En tanto, los casos de femicidios presentan elevados índices de impunidad en la región (77 % en Honduras y El Salvador y 90 % en México).
En países como Nicaragua y Honduras, más del 60 % de las violaciones y entre el 50 y el 90 % de las agresiones sexuales tienen como víctimas a mujeres menores de 20 años.
En materia de representación política, sin embargo, el balance de la directora de ONU Mujeres es más positivo.
"América Latina y el Caribe tiene cinco mujeres jefas de Estado y primeras ministros y es sin duda la región con la cifra más alta de mujeres en este cargo en el mundo".
"Sin embargo, las desigualdades siguen existiendo en la representación de las mujeres en los parlamentos o en los municipios, donde la participación no es uniforme en todo el continente".
"En el ámbito parlamentario aún falta para tener una representación de al menos del 30 %. Sólo Nicaragua, Cuba, Costa Rica y Argentina han logrado esta representación", señaló Bachelet, quien agregó que "a nivel de alcaldesas, la cifra de representación promedio en América Latina esta en torno al 11,5 %".
"Precisamente por todos los cambios y urgencias es tan importante que haya más participación de mujeres en política", enfatizó la exmandataria chilena, quien en 2006 se convirtió en la primera mujer elegida presidenta en Sudamérica y actualmente goza de un alto índice de popularidad.
"Hoy existe una clara conciencia de que una mayor representación de mujeres en estos espacios permite abordar temas como derechos laborales, prevención de la violencia de género, educación o salud".
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