Incinerado en Estepona el empresario libanés Raymond Nakachian

  • El empresario libanés Raymond Nakachian ha sido incinerado hoy en el tanatorio de Estepona (Málaga), donde murió el pasado lunes a los 82 años a causa de un cáncer.

Estepona (Málaga), 19 jun.- El empresario libanés Raymond Nakachian ha sido incinerado hoy en el tanatorio de Estepona (Málaga), donde murió el pasado lunes a los 82 años a causa de un cáncer.

Nakachian falleció en la madrugada del lunes en su residencia de Estepona, pero el funeral se ha retrasado unos días a la espera de la llegada de gran parte de la familia que reside en el extranjero.

Su viuda, la cantante coreana Kimera, ha explicado que tras la intervención del cáncer de vejiga parecía que todo estaba bien, pero las sesiones de quimioterapia acabaron con las defensas del empresario.

"Yo pensaba que, como era un hombre fuerte iba a aguantar, pero tenía 82 años y no pudo soportarlo", ha dicho la cantante, que durante el funeral ha estado acompañada por sus dos hijos, Melodie y Amir.

En la ceremonia religiosa en la capilla del cementerio de Estepona Kimera ha interpretado el "Padrenuestro" y el "Ave María" acompañada por un arpa ante un centenar de familiares y amigos.

Entre los asistentes al funeral se encontraban Pedro Román, teniente de alcalde de Marbella durante el mandato de Jesús Gil; el empresario iraní Shoja Shojai; el abogado Jaime Torrabadella, portavoz de la familia durante le secuestro de Melodie y numerosos agentes de seguridad.

Las cenizas de Raymond Nakachian serán esparcidas mañana en las costas de Estepona desde una embarcación en la que viajarán su viuda e hijos.

La familia Nakachian alcanzó una gran notoriedad al ser secuestrada el 9 de noviembre de 1987, Melodie, que entonces tenía 5 años.

Su cautiverio se prolongó durante once días hasta que fue liberada por agentes del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional (GEO) en un apartamento de Torreguadiaro (Cádiz).

Raymond Nakachian estaba casado con la cantante de ópera coreana Kimera y ambos eran asiduos de las fiestas benéficas de la Costa del Sol, sobre todo durante el mandato de Jesús Gil al frente del Ayuntamiento de Marbella.

Tras este periodo, el empresario llevó una vida muy familiar y no solía participar en actos públicos, según han comentado vecinos de la familia, que reside en una urbanización de Estepona. EFE

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