Indígenas expulsan a unos 100 soldados colombianos en base militar del Cauca

  • Unos cien soldados colombianos fueron expulsados hoy a empujones de una base militar en Toribío (Cauca) por indígenas de la etnia nasa que buscan recuperar el control de sus territorios, en los que no cesan los enfrentamientos entre el Ejército y la Policía con las FARC.

Bogotá, 17 jul.- Unos cien soldados colombianos fueron expulsados hoy a empujones de una base militar en Toribío (Cauca) por indígenas de la etnia nasa que buscan recuperar el control de sus territorios, en los que no cesan los enfrentamientos entre el Ejército y la Policía con las FARC.

La acción la llevó a cabo un numeroso grupo de aborígenes tras expirar la pasada medianoche un ultimátum dado tanto a la fuerza pública como a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que salieran de sus tierras ancestrales en el departamento del Cauca.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, rechazó la actitud de centenares de indígenas contra los militares y reiteró que la fuerza pública no abandonará esta zona del suroeste y ninguna otra del país.

"Como presidente de todos los colombianos rechazo categóricamente dicha actitud y hago un vehemente llamado para que cesen las hostilidades", dijo Santos quien advirtió "que nadie se equivoque. No vamos a permitir ataques contra quienes nos defienden. Todo tiene un límite".

Pese a la situación, Santos reiteró que su Gobierno "respeta a las comunidades indígenas y ha expresado su deseo de dialogar con ellos", pero insistió en que "resulta inadmisible y condenable" el hecho de que "algunos sectores de las comunidades indígenas han atacado a nuestros soldados".

Indicó, además, que lo que se estaba viendo eran "hechos inaceptables que constituyen conductas penales y deben ser investigadas por las autoridades".

Por su lado, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, consideró "indignante" la acción de los indígenas y alabó el comportamiento de la fuerza pública al no responder a la agresión de los aborígenes que, de acuerdo a imágenes emitidas por televisiones locales, blandían machetes y palos.

El desalojo de la fuerza pública "pone más tensa la situación", advirtió el secretario de Gobierno de Toribío, José Miguel Correa, en declaraciones a Efe.

Correa observó que Berlín, el cerro donde estaban apostados los militares y que acoge antenas de telecomunicaciones civiles, fue tomado por centenares de nasas o paeces, liderados por la Guardia Indígena.

Los aborígenes dieron así apoyo al centenar de guardianes nativos que el pasado 12 de julio se encaramaron en el cerro y desde entonces convivían con las tropas de la Fuerza de Tarea Apolo.

"Se han presentado fricciones", informó el secretario de Gobierno de Toribío, donde el presidente Juan Manuel Santos celebró hace una semana un consejo de ministros para analizar la grave situación en la zona.

Los soldados, según constató Efe, se vieron obligados hoy a retirarse hasta la parte baja del cerro a la espera de instrucciones de sus superiores.

El general Jorge Humberto Jerez, comandante de la Fuerza Apolo, recordó a los periodistas en el lugar de los hechos que Santos y el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, han dejado claro que las fuerzas de seguridad no serán retiradas.

"Es una situación difícil", admitió el oficial, sobre cuyos hombros descansa la tarea de acabar con los reductos de las FARC que actúan en esa región del suroeste de Colombia.

También confirmó que sus tropas en el cerro Berlín han sido agredidas por los indígenas y han afrontado hostigamientos guerrilleros.

Las autoridades reconocieron así las dificultades surgidas por la decisión de los nativos de completar la expulsión de los actores armados y asumir el control, en ejercicio de la autonomía que les concede la Constitución.

El desalojo del cerro siguió a la destrucción de barricadas y trincheras policiales en Toribío y al desalojo de los guerrilleros que mantenían dos controles carreteros en esa área rural en la última semana.

"El resultado (del desalojo de los guerrilleros) es muy ambiguo, porque dicen que se van, pero se quedan rondando en los alrededores", explicó a Efe el representante legal de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acín), Carlos Andrés Alfonso.

En medio del caos, algunos en el Cauca aseguran que los nasas están infiltrados por las FARC, lo que no ha sido descartado de plano por el alcalde de Toribío, el nasa Ezequiel Vitonás.

"Puede haber infiltraciones por parte de la guerrilla y también por parte del Ejército", expresó el alcalde en declaraciones al Diario Occidente, periódico virtual con sede en la ciudad de Cali, capital del vecino departamento del Valle del Cauca.

Vitonás, en todo caso, confió en que el Gobierno acepte un diálogo para determinar cómo manejar la presencia de tropas en la zona.

En este sentido, los indígenas dieron el domingo por la noche un paso al reunirse con el exjuez español Baltasar Garzón en Miranda, población cercana a Toribío, a quien expusieron la situación.

Garzón, quien también confió el lunes en el diálogo, viajó a Miranda en calidad de asesor de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP), instituida por la OEA.

Pero el representante legal de la Acín sostuvo que no hay claridad sobre el papel de Garzón, ya que los nativos habían propuesto que fuera su interlocutor con el Gobierno, pero el exjuez manifestó que había viajado al Cauca sólo a petición de los indígenas y que sólo se reuniría con Santos si el presidente se lo pide.

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