Investigadores españoles reivindican el papel de la mujer durante la primera guerra mundial


Un estudio elaborado por dos investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Castilla-La Mancha reivindica el papel que la mujer jugó durante la Primera Guerra Mundial, según ha publicado el Servicio de Información y Noticias Científicas (Sinc).
El estudio, que se ha publicado en la revista ‘Historia y Comunicación Social’, se basa en la consulta de fuentes especializadas sobre las mujeres en la línea de guerra, en la retaguardia y en los puestos de trabajo que abandonaron forzosamente los hombres para ir a combatir.
Los autores del informe subrayan que la mayoría de los tratados olvidan la figura y las tareas de la mujer durante la ‘Gran Guerra’, que quedó en la retaguardia jugando un papel activo.
“Las consecuencias sociales y políticas de la guerra modificaron los estereotipos tradicionales de género y dieron paso a una nueva mujer moderna, que no se limitaba a vivir en el ámbito privado del hogar. Pero, cuando se volvieron a rehacer las ciudades, al finalizar el conflicto fue como si esto nunca hubiera pasado”, explicó Graciela Padilla Castillo, coautora del trabajo y miembro del Instituto de Investigaciones Feministas en la Universidad Complutense de Madrid.
La investigación se centra en los países de la contienda, por ser aquellos que más sufrieron las consecuencias de la guerra.
“Hasta el momento de la guerra se había avanzado hacia nuevos derechos la mujer, como el sufragio universal y la educación. Con la contienda todo se paraliza. Curiosamente, se rompen las costumbres patriarcales pero, al acabar, lo primordial fue reconstruir las ciudades, atender a los heridos y a los mutilados, y esto supuso un freno para muchas cosas, también para la situación de la mujer”, sostuvo Padilla Castillo.
La Primera Guerra Mundial movilizó a 65 millones de soldados en los países contendientes, lo que provocó que la retaguardia quedase huérfana de mano de obra, teniéndose que echar mano de la mujer. De ese modo, 430.000 francesas y 800.000 británicas se convirtieron en trabajadoras asalariadas. Por su parte, en Rusia se formó la primera unidad de combate exclusivamente femenina, el Batallón de la Muerte de Mujeres, compuesto por 2.000 voluntarias.
Por último, la Primera Guerra Mundial cambió la concepción que se tenía hasta el momento del papel que debía jugar la mujer en la sociedad. De hecho, pudieron desarrollarse personal y profesionalmente, lo que fomentó su emancipación. El mejor ejemplo de ese proceso fue la consecución del derecho de sufragio por parte de la mujer en el Reino Unido en 1928. Esta conquista, según los investigadores, fue fruto del papel decisivo que jugaron durante la contienda.

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