Investigadores españoles relacionan el ruido del tráfico con el aumento de la mortalidad


Un estudio liderado por investigadores españoles relaciona por vez primera el aumento de mortalidad por enfermedades respiratorias con el ruido ambiente que soporta Madrid. Los incrementos de niveles de cortisol, provocados por el estrés que causa el ruido, podrían estar detrás de dicho aumento en personas con patología de base.
El cortisol es una hormona producida por la glándula suprarrenal que se genera en momentos de estrés, como cuando hay mucho ruido, y que está relacionada con el sistema inmunológico, ya que las defensas disminuyen cuando hay mayores niveles de esta hormona en sangre.
Tanto Julio Díaz, científico titular del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), como Cristina Linares, también del ISCIII, coautores de la investigación, consideran que la relevancia del estudio radica en haber conseguido relacionar por primera vez la mortalidad por causas respiratorias y el ruido, independientemente del efecto de la contaminación atmosférica química en dichas patologías.
El efecto del ruido sobre la mortalidad es del 6,2% por cada decibelio de incremento de los niveles de ruido. El grupo de población más vulnerable es el de mayores de 65 años y el impacto sobre la mortalidad es similar al atribuible a la contaminación por partículas, también relacionadas con el tráfico en las grandes ciudades y, por tanto, los autores sugieren que habría que articular medidas destinadas a la disminución de este contaminante físico, según informó el Instituto de Salud Carlos III.
La investigación ha analizado los datos de mortalidad diaria por causas respiratorias registrados durante tres años (de 2003 a 2005) en la capital de España y los autores estiman que son extrapolables a cualquier núcleo urbano que registre niveles de ruido similares a los existentes en Madrid.
El estudio se planteó para determinar si el ruido del tráfico podría tener alguna influencia en la mortalidad por enfermedades respiratorias, ya que, a pesar de que son numerosas las investigaciones que han asociado dicho ruido a otro tipo de patologías ligadas a la audición o a los trastornos del sueño e, incluso, a enfermedades dermatológicas o cardiovasculares, dicha relación aún no había sido explorada.

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