Jóvenes religiosos animan a participar en la doble jornada por las vocaciones que celebra la iglesia este domingo


Dos jóvenes españoles -un seminarista y una novicia-, un sacerdote indio y una religiosa chadiana invitaron este miércoles a la sociedad española a participar en la doble jornada por las vocaciones que la Iglesia celebra este domingo, 26 de abril.
Así lo hicieron en el marco de un encuentro informativo en la sede de Obras Misionales Pontificias, convocado por esta institución, la Conferencia Episcopal Española y la Conferencia Española de Religiosos (Confer) para presentar la cita.
La 52 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas se celebran en esta ocasión conjuntamente con el lema '¡Qué bueno caminar contigo!', ya que la primera se conmemora el cuarto Domingo de Pascua, según la liturgia católica, y la segunda tiene asignado el último domingo de abril.
Benjamine, una misionera comboniana, vivía en una zona musulmana en el norte del Chad, “un ambiente un poco raro” donde surgió su vocación. Apenas tenía siete años cuando vio por primera vez una monja y una amiga le dijo que las religiosas se dedicaban "a evangelizar". Aquello se le quedó grabado y desde entonces no hacía más que repetir: "Quiero ser monja". Pero tanto el primer sacerdote al que confió este deseo como su padre y hasta el obispo que la confirmó, le decían: "Eres pequeña, tienes que estudiar". Benjamine llegó a pensar si esas personas "no querían que fuera monja".
Yeeva, que entre otras ocupaciones trabaja con inmigrantes en Alcorcón(Madrid), descubrió su vocación sacerdotal en India, cuando tenía 21 años, y cree que es "lo mejor” que le ha pasado. Aquella experiencia de haber vivido “en una minoría” le sirve ahora para que no le llame “la atención” la situación de la Iglesia en España, dijo.
Javier Cedrón, seminarista del Seminario Mayor de Madrid, y Montse Chías González-Blanch, juniora de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, ambos españoles, defienden que la vocación no es una cuestión de "números" y que los que hoy llegan al sacerdocio o a la vida religiosa siguen haciéndolo "con la misma pasión por Jesucristo de siempre". Para ellos, "no falta la llamada, sino, tal vez, la respuesta".
En lo que todos coinciden es en las dificultades que pueden surgir en el camino. A veces tienen que ver con el contexto en el que nace la vocación: para Benjamine fue difícil que su familia comprendiera que quería "consagrar su vida, en lugar de tener marido e hijos". Otras veces, con un determinado "estilo de vida". Montse renunció a lo que había ido construyendo a su medida: había ganado las oposiciones Magisterio para impartir Educación Física, se había independizado, tenía novio.
“La vocación no entraba en mis planes”, dijo, denunciando que “en la escuela pública uno no puede hablar de Jesús abiertamente, pero sí lo puede transmitir a través de la propia vida”, agregó en referencia a su trabajo como profesora de Educación Física.
Javier, que considera que también se puede evangelizar a través de la música y el teatro, reconoció que le costó "aceptarlo". "Rechazaba un poco la llamada", dijo. "Es como un regalo que te dan, no lo abres todavía pero puedes quedártelo".

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