La ayuda humanitaria en Chile se reparte casa por casa para evitar más saqueos tras el terremoto

  • El seismo que azotó el centro y el sur de Chile el pasado sábado ya ha dejado 795 muertos. Ayer pudo empezar a ser distribuida la ayuda humanitaria con productos básicos en las zonas más afectadas, pero los camiones de reparto tienen que llevar protección militar para que no sean asaltados.
EFE

Los chilenos tratan de sobreponerse al terremoto

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Tres días después del fuerte seismo de intesidad 8,8 en el escala de Richter, que azotó el centro y sur de Chile y ha dejado 795 muertos, la ayuda ha empezado a ser distribuida en las zonas más afectadas con una enorme cautela para evitar los saqueos que se han sucedido en las últimas horas.

Tal y como anunció la alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, han comenzado a repartirse productos básicos de supervivencia casa por casa y con una fuerte protección militar, para evitar que los camiones sean también asaltados.

Dos voluntarias de la ciudad, la tercera del país y una de las más castigadas por el terremoto, aseguraron a Efe que los camiones han iniciado el reparto de alimentos en puntos específicos, como las comunas de Arauco y Chiguayante, ubicadas en la provincia de Concepción, epicentro de la tragedia.

"Se están repartiendo productos básicos como agua, arroz, aceite, harina o pañales, distribuidos en bolsas que los voluntarios arman a escondidas" los supermercados, varios de los cuales fueron saqueados e incendiados el pasado domingo por hordas de delincuentes, relató Ingrid Sandoval, una voluntaria de 30 años.

Sin embargo, los damnificados se quejan de que las bolsas y cajas con víveres procedentes de Santiago llegan tarde a Concepción, 515 kilómetros al sur, y además son distribuidas de forma aislada.

El suministro de agua potable está siendo restablecido parcial y lentamente, lo mismo que la energía eléctrica, que llega a "sectores muy específicos de la zona", informaron fuentes de un cuerpo de bomberos de Concepción. Esto se debe, en gran medida, a que son muy pocos los lugares donde las cañerías y los postes de electricidad no se han visto dañados por el terremoto.

Además, las autoridades explicaron que en otros casos no están restableciendo el servicio por miedo a que se produzcan cortocircuitos o fugas de gas que causen nuevos desastres.

Pero, a pesar de que la ayuda humanitaria y los servicios básicos llegan a cuentagotas, en Concepción se va restableciendo la calma.

Toque de queda a 18 horas

La extensión del toque de queda a 18 horas ha sido aplaudida por la mayoría de los ciudadanos, para quienes el aumento la presencia militar (hasta 15.000 elementos en toda la zona) es la única manera de frenar los actos vandálicos y restablecer el orden público.

"Poco a poco está volviendo la tranquilidad, pero seguimos vigilando la casa. Ya tenemos agua, pero estamos con lo mínimo, todo racionado, para aguantar lo máximo posible", explicó Hernán, un hombre de 52 años que vive en el centro de la ciudad. "El toque de queda ha sido una medida muy efectiva, todos estamos satisfechos con eso", añadió.

Es lo mismo que opina Joel Paz, de 47 años, para quien "el hecho de que los militares estén en las calles ayuda mucho" a una proceso de reconstrucción "que se llevará un buen tiempo". A las 18.00 hora local (21.00 GMT) de ayer la ciudad volvió a quedar prácticamente desierta por el toque de queda.

Pero después de formar largas colas y esperar durante horas para conseguir combustible o víveres, muchos vuelven a sus maltrechas casas con las manos vacías.

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