La colaboración público-privada da un empujón a la conservación de especies en extinción

  • Crece la extensión en España dedicada a la colaboración entre propietarios de espacios naturales y las organizaciones no gubernamentales.
La colaboración público-privada da un empujón a la conservación de especies en extinción
La colaboración público-privada da un empujón a la conservación de especies en extinción
lainformacion.com
Sara Acosta

El refugio de rapaces de Montejo de la Vega, en Segovia, es un ejemplo de doble éxito de conservación de especies en peligro de extinción en España. Por un lado, las poblaciones de buitre leonado, -una de las más amenazadas-, de alimoche, de águila real o de búho real han registrado en la última década niveles récord de recuperación. Por otra parte, el modelo de conservación en el que se basa este proyecto iniciado en 1974 por el conservacionista Félix Rodríguez de la Fuente, ha resultado ser el compañero idóneo de la red de parques naturales y nacionales para la recuperación de especies.

La alquimia del éxito se llama custodia del territorio, por la que propietarios privados de espacios naturales alcanzan acuerdos voluntarios con organizaciones no gubernamentales, órganos científicos o la propia Administración, para proteger un espacio y así a las especies que habitan en él. El sistema arrancó en 1974, precisamente en Montejo de la Vega. Aquel año, y tras la caída preocupante de ejemplares de buitres leonados, Rodríguez de la Fuente, entonces vicepresidente de la organización ecologista WWF España, firmó con el Ayuntamiento de esta localidad un acuerdo por el que cazadores y ganaderos se comprometían a congelar ciertas zonas de caza.

Ellos ganaban visibilidad para la región y atractivo turístico. Por su parte, los ejemplares de buitre leonado han aumentado de 300 parejas a 450 desde el año 1994, según cifras de WWF España. Un comedero para rapaces sustituyó la escasez creciente de ovejas, que se acentuó tras la crisis de las vacas locas. Este episodio prohibió en el año 2005 el abandono de reses muertas en el campo, por lo que hubo que sustituirlas por carroña traída por la organización. El alimoche se ha logrado mantener en 8 parejas, y la nutria, una especie que recorre el río Riaza, se ha beneficiado de la introducción en los ríos de una especie de cangrejo americana, tras la desaparición del cangrejo ibérico.

Desde la creación del refugio de rapaces de Montejo de la Vega, las iniciativas de custodia del territorio se reproducen por toda España. La superficie total dedicada a esta fórmula en España asciende en 2010 a 292.746 hectáreas, un incremento de 114.870 hectáreas respecto a 2008, según cifras de la plataforma de custodia del territorio, creada por la Fundación Biodiversidad. "La fórmula funciona porque los propietarios mejoran el estado de sus fincas, sin coste alguno", explica Gema Rodríguez, responsable del programa de especies de WWF España. A cambio, especies como el lince ibérico, en Andalucía, o el oso pardo, en Cantabria, registran niveles de recuperación esperanzadores. En Cantabria, por ejemplo, los propietarios de espacios de monte privados han plantado árboles frutales para la alimentación del oso pardo que corre por su propiedad.

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