La comunidad afrouruguaya pone ritmo de candombe al Día de Reyes

  • Pese a la amenaza de tormenta, la comunidad afrouruguaya celebró el Día de Reyes a ritmo de candombe con un sucedáneo de la tradicional Llamada de San Baltasar que desde hace más de 10 años hace sonar los tambores por las calles de Montevideo en memoria de los desfiles de la época colonial.

Montevideo, 6 ene.- Pese a la amenaza de tormenta, la comunidad afrouruguaya celebró el Día de Reyes a ritmo de candombe con un sucedáneo de la tradicional Llamada de San Baltasar que desde hace más de 10 años hace sonar los tambores por las calles de Montevideo en memoria de los desfiles de la época colonial.

El festejo sirve para homenajear el pasado esclavo de la comunidad afrouruguaya, a la que en el siglo XVIII solo se le permitía desfilar con sus compatriotas el día 6 de enero.

"En la época colonial (siglo XVIII), era el único día en el que la población afro podía desfilar con su nación de procedencia. A Uruguay llegaron personas negras de multitud de lugares, y solo ese día podían juntarse y bailar juntos", explicó a Efe Elisabeth Suárez, de la Casa de la Cultura Afrouruguaya.

La tradición arraigó y la Llamada de San Baltasar se ha convertido en una celebración clásica del Día de Reyes en Uruguay, que reivindica desde su mismo nombre al rey mago negro.

Aunque oficialmente la Llamada fue suspendida por la alerta meteorológica de nivel naranja que regía para todo el país por riesgo de tormenta, más de un centenar de personas entre tamborileros y bailarinas salieron a la calle para cumplir con la tradición.

No desfilaron las 36 comparsas que tenían previsto hacerlo en condiciones normales, pero los que se animaron fueron capaces de generar un gran ambiente de fiesta con los tambores y con los bailes de las mujeres que abrían paso a la marcha, a las que sumaron muchas otras espontáneas del público.

"En días como hoy los aficionados al candombe salen a la calle de manera autoconvocada, libremente", dijo Suárez.

El desfile comenzó en la Plaza Zitarrosa y tomó camino por la calle Isla de Flores, en los históricos barrios Sur y Palermo de Montevideo, mismo lugar en el que se celebran las Llamadas oficiales del carnaval uruguayo.

Los esclavos llegados al Nuevo Mundo mezclaron los ritmos tradicionales de sus países hasta dar lugar al candombe, que se convirtió en su más significativa expresión cultural y en el elemento principal de sus fiestas.

Actualmente, la Llamada de San Baltasar constituye un festejo más popular y relajado que el carnaval uruguayo, máxima expresión del candombe, en donde las diversas comparsas compiten por la distinción de ser la mejor del año y no sólo por el mero placer de desfilar.

El evento tiene un definido carácter festivo en lugar de reivindicativo y se trata de desfilar "por gusto, sin concurso ni incentivos económicos", como sí ocurre en las Llamadas del carnaval, dijo Suárez.

"Desde hace unos años se reivindica el hecho de poder salir libremente porque antes no había otro espacio que no fueran la Llamadas oficiales para desfilar", comentó la representante de la comunidad afrouruguaya.

Sin los disfraces completos, ni los vestidos ni las lentejuelas en las bailarinas, y con una mayor participación de niños, la Llamada de San Baltasar hace del componente popular su mayor distinción.

Suárez afirmó que la población negra sigue siendo "la más empobrecida del país" y echó en falta la puesta en marcha de "políticas reparatorias" que lo remedien.

"La población afrodescendiente sigue sufriendo una desventaja social, heredada de la época de la colonial. Representa cerca del 8 % según el último censo de 2011 y tiene los índices de pobreza más elevados de Uruguay y muchas necesidades insatisfechas", explicó.

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