La fiesta fluvial Transsegre reúne unas 300 barcas de fabricación casera

  • La 28 edición de la fiesta fluvial Transsegre ha llegado a la participación máxima que permite la organización, unas 300 embarcaciones, que entre ayer y hoy han recorrido dos tramos del río Segre, entre Sant Llorenç de Montgai y Balaguer (Lleida).

Balaguer (Lleida) 8 jul.- La 28 edición de la fiesta fluvial Transsegre ha llegado a la participación máxima que permite la organización, unas 300 embarcaciones, que entre ayer y hoy han recorrido dos tramos del río Segre, entre Sant Llorenç de Montgai y Balaguer (Lleida).

La particularidad de estas barcas es que son de fabricación casera, es decir, los propios tripulantes han debido invertir los últimos días o semanas en la preparación del artilugio con el que, durante el fin de semana, han completado el recorrido por el río.

En esta edición la organización había limitado a 10 el número máximo de tripulantes en cada barca, y el total de participantes se ha acercado a los 2.600, mayores de 18 años, procedentes de toda Cataluña e incluso de otros puntos de España.

Carles Gatnau, miembro de la organización del evento, ha destacado el buen desarrollo de la fiesta y el impacto económico positivo para Balaguer y su área de influencia.

La fiesta también ha sufrido recortes, pero la organización se ha "espabilado", según Carles Gatnau, para conseguir patrocinios y colaboradores, e incluso confía cerrar la edición con superávit.

"El presupuesto será similar al del año pasado, unos 80.000 euros, y entonces cerramos con superávit, que nos ha ido muy bien para esta edición, y ahora esperamos poder repetir la misma tendencia", ha agregado Gatnau.

Entre los participantes había equipos veteranos que llevan años sin perderse la fiesta, pero también debutantes como Laura, que desde Santa Coloma de Farners (Girona) se ha desplazado hasta Balaguer para bajar por el Segre.

"No nos esperábamos las batallas de agua que se montan entre barcas, no veníamos preparados y no hemos podido responder a los ataques", ha bromeado esta debutante, que ha añadido que el año que viene repetirá la experiencia.

Las barcas tienen que ser de fabricación estrictamente casera y sin motor, para funcionar sólo con tracción animal, "racional o irracional", ha ironizado Gatnau.

El descenso por el Segre no es competitivo y no se tiene en cuenta la velocidad ni el orden de llegada, sino que los premios se entregan a la embarcación más original, a la más veterana y a otras categorías referentes a la elaboración de las barcas.

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