La hija y tía de las víctimas nunca sospechó del acusado del triple crimen

  • Mónica C., hija y tía de las víctimas del triple crimen del barrio de la Sagrada Familia que se está juzgando en la Audiencia de Barcelona, nunca sospechó del acusado, su expareja Alejandro C., como posible autor de los asesinatos hasta que la policía lo detuvo.

Barcelona, 11 mar.- Mónica C., hija y tía de las víctimas del triple crimen del barrio de la Sagrada Familia que se está juzgando en la Audiencia de Barcelona, nunca sospechó del acusado, su expareja Alejandro C., como posible autor de los asesinatos hasta que la policía lo detuvo.

Mónica C. ha declarado hoy como testigo en el juicio que se sigue desde ayer contra Alejandro C., para quien el fiscal pide 81 años de prisión acusado de haber matado a martillazos el 27 de enero de 2012 a los padres y a la sobrina de su ex pareja, de 16 años, en un piso del barrio de la Sagrada Familia, de Barcelona.

La testigo ha indicado que su ex pareja era "muy agobiante", que "a mi me torturaba, pero nada más" y que no pensaba que fuese "peligroso".

No obstante, ha remarcado que la relación del acusado con sus padres y su sobrina no era buena y, sobre todo, "no soportaba a la niña", además de acusarla a ella misma de ser "blanda" con la adolescente.

Que la relación entre la joven y la ex pareja de su tía no era buena ha sido corroborado por otra testigo en la sesión de hoy del juicio, una asistenta social del Centro de Atención Primaria al que acudía la familia, y a la que la adolescente le explicó la aversión que sentía hacía el hoy acusado.

Esta asistenta ha considerado hoy que la vuelta de la hija y tía de las víctimas al hogar familiar, tras romper con Alejandro C., fue positivo para la menor, por lo que trajo de tranquilidad a su vida.

El abogado defensor de Alejandro C. ha intentado hacer ver al jurado que la hija y tía de las víctimas manipulaba a su ex pareja, que le pasaba dinero meses después de la separación.

La mujer ha asegurado hoy que si le pasaba dinero era "por las tarjetas" (de crédito) y que lo hacían así porque se habían separado "sin arreglar nada".

También ha considerado que la mujer mantuvo una actitud extraña tras el triple crimen, sin expresar claramente su dolor.

En este sentido, una amiga de la testigo, que la acogió en su casa tras el crimen, y la asistenta social han justificado a Mónica C. y han hablado de que la mujer padeció un shock emocional tras el triple crimen.

Con esta valoración ha coincidido la doctora de cabecera de la mujer y también del acusado, que ha indicado que Mónica C. "estaba muy bloqueada" tras los asesinatos, y más teniendo en cuenta que antes de los mismos ya recibía tratamiento psiquiátrico.

Mónica C. ha explicado durante el juicio que, tras el crimen, empezó a recibir mensajes en los que se le reclamaba dinero por la autoría de los asesinatos, que comunicó a la policía catalana y que cesaron totalmente tras la detención del acusado. EFE.

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